#OpiniónRMB | Laso dimisión
Harto. Sin títulos. Sin juego. Sin plantilla. Sin fichajes. Sin ideas. Y encima, sin ilusión. Este Real Madrid ya no aguanta más. Necesita un cambio. Una evolución. Un nuevo proyecto. Un giro de 180 grados que deje al club en la gran situación que tenía antes de la llegada de Pablo Laso. Al club de las Copas de Europa. Al de los llenazos de pabellón. Al que metía miedo a diestro y siniestro.
La planificación de la plantilla del Real Madrid ha sido nefasta y en El Clásico se vieron las consecuencias. No debían haber dejado marcharse a Luka Doncic a la NBA. Él era el único que salvaba el delirio de juego que ha mostrado el cuadro merengue en las últimas temporadas. De nada sirven los individualismos si no se tiene a un jugador del talento suficiente como para personificarlos.
Llull no se ha recuperado de la rodilla. Reyes ya tiene una edad y, el estatus que se le ha atribuido, debe recibir su merecido por el bien del equipo. Y Rudy. Qué decir de Rudy. Mucho sueldo, mucha jerarquía, muchos minutos. Pero ni rastro de los puntos, ni de la actitud necesaria. Ni rastro de ese jugador NBA que triunfaba con la Selección y que estaba llamado a liderar el proyecto del Real Madrid.
Pero, por si fuera poco, la plantilla merengue se refuerza con dos jóvenes inexpertos como Deck y Prepelic que, más allá de jugar en categorías de escasa competitividad y de tener minutos con sus respectivos combinados nacionales, no sabían lo que era jugar un partido de máxima exigencia en la Euroliga o el la mejor liga del continente como es la ACB.
Ese vestuario necesita un líder. Y ese líder debería haber venido del mercado de fichajes. El ejemplo a seguir debería ser un Barça que año tras año incorpora a las principales estrellas del panorama europeo para alzarse con todos los títulos posibles. Darle a su plantilla el nivel necesario para plantar cara a torrentes económicos como el CSKA o el Olympiacos.
El Madrid necesita un cambio, empezando por Pablo Laso y su cuerpo técnico. Un conjunto de hombres que esperan que los jugadores resuelvan. Ni pizarra ni gaitas. Del ‘chachosistema’ se pasó al ‘doncicsistema’ y ahora, sin capitán en el barco, no hay por dónde sacar todos los puntos que se sacaban de esas máquinas de anotación.
No hay calidad en el banco ni categoría para tomar decisiones en los momentos precisos donde se deciden victorias. Y todo eso lo demostró El Clásico. El Madrid ya no es líder. Ha perdido dos partidos en ACB. Y uno de ellos como local. Y encima el otro contra el máximo rival y por casi 20 puntos. Una absoluta vergüenza.
Esa es la historia del Real Madrid de Pablo Laso. La de la inconformidad que lleva al desvarío a sus enemigos más íntimos. La que provoca el estupor en las críticas y los halagos. El que se ha ganado respeto, respaldo y refuerzo durante ocho años de éxitos y alegrías. Bendita ironía que permite entrar en la mente de los locos.
Foto: Realmadrid.com