#Minuto93 | Eibar vs Real Madrid (LaLiga 2018-19)
1- Pintxos indigestados: al Madrid esto de jugar a las 13 horas le pilla con el paso cambiado. Ha jugado dos partidos esta temporada en esa franja horaria con sendas derrotas. Debe ser que a esa hora el equipo está más acostumbrado a tomarse una cañita, acompañada del pintxo de rigor, una religión en Euskadi, tierra de la que el Madrid se ha marchado este curso con dos resultados en contra: Alavés (1-0) y Eibar (3-0).
2- Agujero en la maleta: a estas alturas de la temporada se ha hablado mucho de si el Madrid había perdido gol con la marcha de Cristiano Ronaldo, y resulta que un problema igual o mayor está en el otro área. Sólo el colista, el Huesca, ha recibido más goles como visitante en este curso. Para pensar, analizar y tomar medidas.
3- Off…side: hay pocas estadísticas más ilustrativas para explicar lo acontecido sobre el césped de Ipurúa que el gran número de fueras de juego en los que incurrió el Real Madrid. Hasta 10 veces tuvieron que levantar los asistentes la bandera, reflejo de la escasa sincronización entre centro del campo y delantera.
4- Case nada: cuando un equipo cae derrotado siempre se tiende a pensar en los que más faltaron más que en los que estuvieron. La derrota en Eibar no fue una excepción, pero, sin ser profesional del tarot, era algo que se veía venir. El juego directo de los armeros y el hecho de que Mendilibar casi siempre coloque dos delanteros en el once hacen indispensable la labor oscura del brasileño.
5- EiVAR: personalmente creo que es la peor actuación del Real Madrid este año. Eso es incuestionable, inapelable. Ahora, no sé que me deja más dudas, si el futuro de los merengues o el uso del famoso VAR. El 1-0 del Eibar se celebró en diferido por un presunto fuera de juego que, desde luego, no lo era. Sin embargo, ¿no era analizable la acción de Escalante sobre Courtois? Y más. En el 3-0, el centro de Cucurella desde banda izquierda llega en primera instancia a Enrich, quien estaba en una posición dudosa. Desde luego, el VAR está ayudando notablemente al estamento arbitral, pero tampoco queda duda de que hay que mejorarlo.
6- Más tarde lo esperado: cuando subió a Primera en 2014, creí que Ipurúa y el Eibar se iban a convertir en lo que El Sadar y Osasuna fueron en los años anteriores. Después de varios años ganando con más o menos facilidad en este campo, el Madrid se lleva una derrota histórica.
7- Los de arriba, muy abajo: cuesta destacar a alguien dentro del esperpento generalizado. Benzema se ofreció, pero los numerosos fueras de juego y la falta de acierto tampoco le sacan del suspenso generalizado. Obviamente el otro referente en ataque, Gareth Bale, estuvo mucho peor. Deficiente.
8- ¿Dónde estará mi carro?: arrancó el parón de selecciones con unas declaraciones de Marco Asensio en las que el mallorquín venía a decir que había otros en el Real Madrid que deberían tirar del carro. Por trayectoria y estatus, al ‘20’ blanco no le falta razón. Ahora, entre tirar del carro y bajarse de él hay un gran trecho. Marco, háztelo mirar.
9- Cojo y vapuleado: hablábamos antes de Bale, pero su compañero de banda derecha, Odriozola, tampoco recordará con especial agrado este partido en Eibar. Lejos de optar por desnudar las facilidades que suele dar Marcelo, Mendilibar insistió en su apuesta de las últimas semanas de poner un doble lateral izquierdo de vertiente ofensiva. Cucurella y Cote aseguran despliegue en ataque y defensa y eso lo pagó caro un Odriozola que vivió su momento más negro en el 2-0, con una pérdida impropia de un profesional y una lesión.
10- Valda¡NO!: hay algo que, como la imagen del Real Madrid, se está repitiendo con demasiada frecuencia. También estaba en Ipurúa, pero no sobre el césped. Sin embargo, lo del Valdano comentarista empieza a ser más repugnante que la actitud del equipo de Solari. Su fijación con Bale es obsesiva, casi digna de tratamiento terapéutico, en lo que es solo un ejemplo de ese pulso entre filias y fobias que comparte con el gremio periodístico. Si a esto le sumamos la tendenciosa entrevista a Iker Casillas cabe preguntar si hay alguien en la sala que aún crea que este señor es madridista.
Texto: Francisco Quirós Soriano
Foto: El Español