#ApuntesDeLaHistoria | Don Pedro Ferrándiz
Este pasado martes Pedro Ferrándiz ha cumplido 90 años. Mito viviente y figura respetada del mundo del básquet, no sé hasta qué punto las nuevas generaciones son conscientes de la importancia que ha tenido este hombre en el Club.
Escribí en Twitter con motivo de la efeméride que, salvando las distancias, podríamos decir que Ferrándiz era el Miguel Muñoz de la Sección de Baloncesto del Real Madrid. El deporte de la canasta nos ha dado muchísimas alegrías a los aficionados merengues desde hace tiempo. No hay más que ver lo que estamos disfrutando con la actual etapa de Pablo Laso. Pero en realidad el Baloncesto siempre ha sido fuente de muchos éxitos y vivió días de gloria en la década de los sesenta recogiendo el testigo de lo que había hecho el equipo de fútbol. Con los éxitos en Europa el Real Madrid se convirtió en un referente mundial en los dos deportes y buena parte del mérito de lo que se consiguió sobre el parqué recae en la figura de Pedro Ferrándiz.
Don Pedro Ferrándiz González nació en Alicante el 20 de noviembre de 1928. En muchas entrevistas y biografías explica que tanto su familia como él vivieron tiempos duros. La cruda realidad de la postguerra le obligó a trabajar desde bien pronto y llegó a desempeñar varios oficios antes de llegar a cumplir su gran sueño, el de convertirse en un profesional del baloncesto. Y es que desde bien temprano se sintió atraído por varias disciplinas deportivas, aunque sería el baloncesto el juego en el que terminaría convirtiéndose en toda una eminencia. Empezó a practicarlo en su Alicante natal, pero sería durante el Servicio Militar cuando se forjaría su verdadera vocación a la hora de dirigir. Entrenó al equipo de su Regimiento en Valencia y posteriormente entrenaría al Frente de Juventudes de Alicante.
Metódico y meticuloso, Ferrándiz no dejó en ningún momento de aprender. Se convirtió en un auténtico estudioso de ese deporte que tanto amaba. Se sacó el título de entrenador con el número 1 de su promoción. Su llegada al Real Madrid vino avalada por Raimundo Saporta, figura capital para el Baloncesto del Club blanco desde los despachos. Ferrándiz también lo sería, pero en la cancha como entrenador. Su primer cometido con la entidad sería el de organizar los torneos sociales pero pronto sus dotes para la dirección deportiva serían aprovechadas empezando, eso sí, en las categorías inferiores. Dirigió al Hesperia, el equipo filial. Incluso hizo sus pinitos en el mundo del periodismo escribiendo sobre baloncesto en el boletín oficial del Club.
En la temporada 1959-60 le llegó la gran oportunidad de dirigir al primer equipo. Su presencia en el conjunto blanco se prolongaría durante 16 campañas, 13 de ellas como entrenador y en otras 3 como Director Deportivo. Empezó, además, a lo grande, consiguiendo un doblete de Liga y Copa.
Desde su llegada a la dirección de la primera plantilla madridista hizo gala de una gran capacidad de organización y de dirección técnica. Confió en la cantera con la que había trabajado y demostró su dominio de la táctica y de la gestión. Su dominio del baloncesto, en definitiva. También fue un técnico innovador y revolucionario. En este apartado siempre se recuerda el famoso capítulo de la “autocanasta”. Fue en la temporada 1961-62 frente al Ignis de Varese, en la ida de los octavos de final de la Copa de Europa. Con el partido empatado y en situación desfavorable para los suyos Ferrándiz se sacó de la chistera una triquiñuela que resultó perfecta. Ordenó a los suyos encestar en su propia canasta para perder el partido por una mínima renta, evitando así una prórroga en la que podían haber salido peor parados. En la vuelta se remontó sin problemas, claro. Cosas de genios… La FIBA tuvo que modificar el reglamento para evitar las autocanastas.
Con él como entrenador el Real Madrid consiguió llegar por primera vez a la Final de la Copa de Europa en la temporada 1961-62. Siendo Director Deportivo se ganó el máximo cetro continental en la temporada 1963-64 (Joaquín Hernández era el entrenador) y posteriormente con él de nuevo en el banquillo se llegarían a ganar cuatro Copas de Europa más. El Real Madrid terminó con la hegemonía de los equipos del Este en una competición cuyos primeros años fueron dominados por conjuntos de la Unión Soviética como el A.S.K. Riga, CSKA Moscú o el Dinamo Tbilisi.
Lo cierto es que también lo tuvo fácil con los vestuarios que manejó, lo cual también era mérito suyo, ojo. Pedro Ferrándiz tuvo a sus órdenes a lo más granado del Baloncesto del Real Madrid. Carlos Sevillano, Lolo Sainz, Emiliano Rodríguez, Clifford Luyk, Walter Szczerbiak, Carmelo Cabrera, Vicente Ramos, Vicente Paniagua, Wayne Brabender, Juan Antonio Corbalán, Rafael Rullán… Y muchísimo más. Auténticos mitos y figuras de este deporte que sin duda alcanzaron tan altas cotas de rendimiento y reconocimiento gracias a la labor de su entrenador. Eran los nuevos ídolos para el madridismo en un deporte que ganó en repercusión y popularidad en los sesenta y en los setenta.
Su bagaje como técnico fue realmente impresionante. Basta con decir que de las trece temporadas que dirigió al Real Madrid el equipo blanco ganó la Liga en doce. Sólo se escapó el campeonato de la regularidad en la temporada 1966-67, título que se llevó el Juventud de Badalona. El Madrid de básquet fue una apisonadora durante su estancia al frente de la escuadra. Llegó a estar invicto más de 3 años en Liga firmando una racha de 87 partidos consecutivos sin perder entre noviembre de 1971 y febrero de 1975. Lo de los récords fue algo con lo que se acostumbró a vivir nuestro protagonista.
Pedro Ferrándiz dijo adiós el 27 de abril de 1975, con la Final de la Copa que enfrentó al Real Madrid con Estudiantes y que finalizó con el triunfo de los blancos por 114-85. La mejor despedida posible, con un título debajo del brazo. Uno más para unas vitrinas que, bajo su dirección, se llenaron con trofeos, trofeos y trofeos… Al término del choque los jugadores levantaron a hombros a su técnico y dieron una vuelta de honor en la cancha, agradecidos con un hombre bajo cuya batuta alcanzaron la gloria en el deporte de la canasta. Era el punto y final a una longeva trayectoria cargada de éxitos. Pero Ferrándiz dejó el equipo en buenas manos. Lolo Sainz, que había sido jugador y posteriormente segundo entrenador con el propio Ferrándiz, recogió el testigo. El discípulo tuvo el mejor maestro posible y con el de Tetuán el Real Madrid siguió cosechando éxitos y triunfos a nivel nacional e internacional.
Posteriormente Pedro Ferrándiz sería directivo de la Sección de Baloncesto del Club y ha seguido siendo una persona vinculada al mundo de la canasta a través de distintos organismos. Ha sido incluso presidente de la Asociación Mundial de Entrenadores de Baloncesto. El listado de distinciones y reconocimientos que posee el alicantino es interminable. Miembro del Basketball Hall of Fame, del FIBA Hall of Fame… Sí que llama la atención su breve paso por la Selección española, a la que dirigió durante un corto periodo de tiempo en el año 1965. En cualquier caso, todo lo que consiguió con el Real Madrid fue más que suficiente para inscribir su nombre con letras de oro en la Historia del Real Madrid y del baloncesto mundial. El 27 de febrero de 2017 el Real Madrid le nombró Socio de Honor.
Don Pedro Ferrándiz sigue con nosotros a sus noventa años, lo cual es un motivo de enorme satisfacción. Y ojalá sean muchos más. Desde Madridista Real nos sumamos a todas las felicitaciones emitidas estos últimos días. Es una de las grandes figuras del Club y así hay que reconocerlo.
Pedro Ferrándiz entrenó en las categorías inferiores del Real Madrid y posteriormente llegó a ser Director Deportivo además de dirigir al primer equipo de la Sección de Baloncesto durante trece temporadas. Como técnico ganó 12 Ligas, 11 Copas y 4 Copas de Europa. Además cosechó numerosos trofeos entre los que destacan 7 Torneos de Navidad.
Texto: @Rancoma_
Fotos: Realmadrid.com