#SentimientoReal | Ayer de Lopetegui, hoy de Solari
Santiago Hernán Solari. Dejó el Atleti y la Segunda División por el Real Madrid y los títulos. Listo ya sabemos que es, ahora también es mi entrenador. Y, como a todos los que se sientan en esa silla eléctrica que es el banquillo del club más grande de todos los tiempos, tengo que bancarlo hasta que los resultados dictaminen lo contrario. Así funciona esto.
De todas formas, he sido siempre muy de Solari, ya desde su etapa como jugador en el club blanco, donde me pareció un gran jugador y excelente profesional que nunca alzó la voz cuando se quedaba en el banquillo reclamando minutos y que siempre cumplió con creces la tarea que se le encomendaba. De su trabajo en el Castilla no estoy muy al tanto, más allá de los resultados y de las críticas recibidas, sobre todo la temporada pasada.
Un tipo con apenas experiencia como técnico que decide coger el marrón que le ofrece el club para intentar cambiarlo de color, tiene todos mis respetos. Hay que ser valiente y tener cojones, como diría él, ganándonos en su primera rueda de prensa con ese acento que emboba y un discurso que motivó al madridismo; no así a los periodistas, capaces de sacarle punta a un rotulador con el único fin de echar mierda sobre el Real Madrid. No dejarán nunca de ser carroñeros deseosos de ver correr sangre por Chamartín.
Ojalá tenga suerte Solari, ya sea en forma de rebote que se convierte en gol de Vinicius para orgasmo del Bernabéu o de travesaños del equipo rival. Nos hace falta una flor. Zidane se fue con la suya y Lopetegui no trajo ningún tipo de amuleto. Ojalá empiecen a entrar todos los goles que hemos fallado, que terminen en gol todos los balones al palo. Ojalá Solari y su discurso sonando con fuerza en primavera, antes de una eliminatoria europea, erizándonos la piel con su acento y el equipo con su fútbol.
Texto: Paula Pineda
Foto: El Confidencial