#CrónicaReal | Un equipo al borde de un ataque de nervios (1-2)
Cuatro resultados negativos suponen siempre una losa para cualquier equipo, aunque el peso crece en varias toneladas cuando el protagonista es el Real Madrid. Después de unas semanas en las que la prensa no ha dejado de poner fechas a la presunta destitución de Lopetegui, al menos el técnico blanco se encontró con buenas noticias desde la enfermería, así que pudo alimentar de dinamita a la banda izquierda, juntando a Marcelo, Isco y Asensio.
No había pasado el tiempo suficiente para conocer si la apuesta era válida cuando el Levante golpeó primero. Pase largo de Postigo que pilla a Varane quitándose las legañas, habilitando el galo un espacio que para un jugador como Morales es un caramelo a la puerta de un colegio. 0-1 y la mochila de la ansiedad blanca aglutinaba un poco más de equipaje.
Lejos de lo que pasó en Vitoria, el Madrid comenzó a atacar con un poco más de decisión, siendo mucho más incisivo en el área contraria, pero cuando las cosas no van bien, siempre son susceptibles de empeorar. La Ley de Murphy llegó en esta ocasión desde el VAR para penalizar con penalti una mano de Varane. Roger ponía el 0-2 en el luminoso para que los decibelios de los silbidos subieran por momentos.
No se dejó llevar por la urgencia de la grada el Madrid que, con las estadísticas en la mano, no mereció irse con tanto castigo a los vestuarios. Pero la madera en algunas ocasiones, la falta de acierto en otras y la actuación de Oier en el resto evitaron que Mariano, Lucas, Ramos o Casemiro rompieran la sequía.
Por fin
La entrada de Bale por Odriozola fue lo más novedoso en el arranque del segundo acto. Sin embargo, parece que ese periodo de reflexión sentó mejor al Levante, como si el Madrid hubiera sido consciente de la gravedad del resultado con ese parón. El Levante comenzó a asustar a la contra, pero entonces Lopetegui movió fichas.
Las entradas de Benzema y Ceballos devolvieron el protagonismo al Madrid que comenzó a vivir otra vez cerca del área del Levante. Pero faltaba aún lo más difícil, cómo hacer tres goles cuando llevabas 480 minutos sin anotar uno solo.
La solución la puso Marcelo con un derechazo inapelable. Quedaba tiempo y la dinámica del partido era otra. Benzema estrelló un lanzamiento precioso al palo y al filo del tiempo reglamentario Mariano vio cómo se le anulaba un gol por fuera de juego. El amago de remontada se quedó en eso, en un conato. 1-2 final, con los tres puntos volando para Valencia y la sombra de la crisis más presente que nunca en el Bernabéu.
Texto: Francisco Quirós Soriano
Twitter: @FranciscoQuiros
Foto: RealMadrid.com