#BlancoYEnBotella | El Real Madrid y el perro del Hortelano
Parece mentira pero, a pesar de la exhibición ofrecida por el Real Madrid ante la Roma en su debut continental en el Santiago Bernabéu, aún hay madridistas que, escondidos bajo una falsa autoexigencia, siguieron poniendo pegas al equipo intentando echar agua al vino de la victoria.
Que en las radios y debates chiringuiteros televisivos el foco estuviese no en el juego del equipo, que en ocasiones fue excelso, era francamente previsible. Casi tanto como que esa noche se iba a hablar de la suplencia de Courtois y el manido y artificial debate de la portería. O de la suplencia de Asensio, casus belli para esta gente que apenas 24 horas antes del partido se hacían cruces con el hecho de que Isco no hubiese jugado de inicio en Bilbao.
Y por descontado, no podía faltar el comodín del “es que son una banda” que, poco a poco empezó a circular por las redacciones de los periódicos y en los sesudos análisis de los “dizque” no menos sesudos analistas, especialmente argentinos y británicos, empeñados en vendernos que esta Roma no era ni mucho menos el equipo aguerrido que eliminó al Barça en cuartos de final de la pasada edición de la Champions y que se dedicó a ponerle la alfombra roja y a regalarle oportunidades al Real Madrid.
Nada nuevo bajo el sol, pues. Y es que, de hecho, creo que todos tenemos más o menos claro que esa cantinela que nos vende la Prensa del Régimen que a ellos sólo les interesa “hablar de fútbol” es una mentira aún mayor que los valors del Barça.
El Madridismo insatisfecho
Sin embargo, lo que me sorprendió desagradablemente fue encontrarme ayer un buen puñado de aficionados madridistas mostrando distintas e incluso amargas quejas acerca del equipo y que coincidían sospechosamente con esos “gilidebates” que nuestros amigos de la prensa habían venido sosteniendo.
Desde los que decían que el Real Madrid no debería jugar nunca un fútbol combinativo y que sólo ganamos porque la Roma fue un equipo muy blandito, que les dejó hacer y que por eso brillaron tanto, hasta los que, obviando el pedazo de temporada que lleva Benzema, empezaron a salir de sus cuevas diciendo que el francés no había marcado.
Incluso los hubo que, obviando el excelente partido que Benzema había jugado, incrustado entre líneas y repartiendo juego a diestro y siniestro de banda a banda, aprovecharon el magnífico debut de Mariano, con gol incluido, para pasarle al cobro no sé qué facturas al francés y recordar, porque ellos ya lo dijeron, que con el hispano dominicano en el césped de San Mamés se habría ganado aquel partido.
Sin embargo, de todos estos cenizos, los que peor sabor de boca me dejaron fueron los que se despacharon a gusto contra Lopetegui por alinear a Navas en la portería y se dedicaron durante todo el partido a criticar, incluso con mofas de dudoso gusto, la actuación del “tico”, por más que su trabajo fuese sencillamente brillante.
De nada le sirvió al bueno de Keylor hacer varias paradas de auténtico mérito, especialmente una nada más empezar la segunda parte que, con 1-0 y de haber sido gol, bien pudo haber cambiado el signo del partido.
No, para estos “sabios” tuiteros, con ínfulas de técnicos Top mundiales, la actuación del costarricense no pasó de aceptable y todo para no admitir que hora y media antes, habían hecho el ridículo exigiendo la titularidad de Courtois y criticando a Lopetegui por alinear a Navas.
Pues bien, desde esta modesta atalaya que me brinda MadridistaReal, le pediría a estos madridistas agoreros y cenizos que actúan como el Perro del Hortelano, que ni disfrutan ni nos dejan disfrutar a los demás de nuestros triunfos y de momentos de fútbol como estos, nos permitan al menos pasar una tarde-noche tranquila y sin escuchar tonterías.
Porque esta gente, auténticos apologetas del Apocalipsis en cada empate o derrota incluso en la misma pretemporada, prefieren amargar estos momentos de felicidad, aunque sean efímeros, con tal de poder sacar a pasear luego el “yoyadijeque” y colgarse la medalla del desastre que llevan años anunciando, en vez de gozar de los buenos momentos que este grupo no deja de darnos estos últimos años.
De verdad que a veces siento que este tipo de madridista, cenizo y amargado (especialmente el integrado por los aficionados de más corta edad que no saben lo que es pasarse ocho años cayendo en octavos y cuartos de Champions), se merecería la vuelta de aquellos “años de plomo”, en los que nos pasábamos décadas sin oler una Champions y pintando en Europa menos que la Tomasa en los títeres.
A lo mejor así empezaban a darle el verdadero valor a estos momentos históricos que, afortunadamente nos está tocando vivir y dejaban de buscarle tres pies al gato…
Texto: Diego J. Montero
Foto: Libertad Digital