#ApuntesDeLaHistoria | El nuevo campo de 1973
Recuerdo lo sorprendente que me resultó hace ya dos décadas un capítulo del libro ‘50 años del Bernabéu’ que editó el Diario As con motivo del medio siglo que cumplió el estadio del Real Madrid. Seguro que muchos tienen este ejemplar en sus estanterías. La obra, por cierto, contó con el asesoramiento del historiador Bernardo Salazar, fallecido la semana pasada. Aprovecho estas pocas líneas para rendirle un pequeño homenaje a este gran autor al que tanto le debemos los que somos aficionados a la Historia de nuestro Club.
El capítulo de aquel libro al que me refiero se titula ‘No al nuevo Bernabéu’, páginas 72 y 73, y en él se habla de un viejo proyecto del que yo no había leído nada hasta ese momento. La construcción de un nuevo estadio para el Real Madrid y la transformación del espacio que ahora ocupa nuestro campo en una zona verde. Lo que más me llamó la atención de aquel episodio era la fecha de la que databa el proyecto: 1973. Santiago Bernabéu era el presidente del Club y el estadio que ya entonces llevaba su nombre apenas contaba con un cuarto de siglo. De hecho, sólo un año antes, en 1972, se acababan de realizar los festejos para celebrar los veinticinco años del Estadio Santiago Bernabéu.
Cuando el 5 de septiembre de 1943 el presidente madridista dio el primer golpe de pico para la construcción del estadio de Chamartín muchos dudaban de la viabilidad y futuro del nuevo terreno deportivo que se inauguraría finalmente en el año 1947. Bernabéu llegó a ser tildado de loco… Pero el tiempo le dio la razón. El estadio Chamartín, que luego llevaría el nombre de Don Santiago, terminó siendo el escenario de tantas y tantas gestas deportivas para el Real Madrid. Bernabéu acertó de lleno con su apuesta gracias a su visión de futuro.
Pero… ¿Qué es lo que Don Santiago y sus colaboradores más cercanos veían para llegar a plantearse la construcción de un nuevo campo a principios de la década de los setenta?
Todos los pormenores de aquel ambicioso proyecto aparecen recogidos en el Boletín Oficial del Real Madrid número 281, correspondiente al mes de octubre de 1973. Se trataba, como quedaba reflejado en la portada, de un número especial en el que se compilaban los propósitos del Club de cara a la construcción de un nuevo campo. Quien tenga oportunidad de acceder a ese ejemplar que le eche un vistazo porque resulta muy curioso e interesante. A lo largo de casi 25 páginas profusamente ilustradas con fotografías en blanco y negro se desgranan los detalles del plan que barajaba el Real Madrid para el nuevo campo.
Un plan que, por lo visto, contó desde su inicio con la oposición de las autoridades franquistas de la época, tal y como se desliza en el Editorial de la página 3 de aquel ejemplar. Cito textualmente: “Una Sociedad Deportiva manifiesta públicamente a la Autoridad su deseo de alejar su estadio, con la intuición de que dentro de unos años este impresionante recinto deportivo que es el Estadio Santiago Bernabéu no podrá seguir situado en la parcela que hoy ocupa, ya que este barrio se va convirtiendo en el centro de la capital, y la experiencia de sus dirigentes aconseja que un estadio deportivo debe encontrarse en las afueras. Esta es la verdad de la situación en que se encuentra hoy el Real Madrid, después de cerca de setenta y cinco años de una larga historia, de un acatamiento total y absoluto a sus Autoridades Deportivas”.
En ese mismo editorial se menciona la posibilidad de una hipotética celebración de un Mundial de fútbol en nuestro país en 1978 y de una Olimpiada en 1980 (finalmente el Mundial de España se celebraría en 1982 y la Olimpiada de 1980 sería para Moscú), por lo que la construcción de un nuevo campo hubiese sido muy útil en caso de haberse celebrado esos eventos deportivos en Madrid. En el espíritu del proyecto no salía sólo beneficiado el Real Madrid sino que lo hacía toda la ciudad. La fórmula buscaba, tal y como reflejaban los autores del boletín, “lo que mejor convenga a la capital de España”.
¿Y cuáles eran exactamente los planes del Real Madrid? En la página 5 del boletín aparecían resumidos los cinco aspectos fundamentales. Vuelvo a copiar de forma literal:
- Un Estadio para 120.000 espectadores y todo él bajo techo.
- Una gran zona verde, destinada a centro de descanso y distracción.
- Un gran parque en el que actualmente ocupa el Estadio Bernabéu.
- Apertura de pasos subterráneos para solucionar los problemas de tráfico.
- Construcción de la torre más alta de Europa.
El primer punto, el más importante, era el de la construcción del nuevo campo, un estadio con capacidad para 120.000 asistentes de los cuales 60.000 estarían sentados. Contaría con estacionamiento para 8.000 vehículos y dispondría de “instalaciones deportivas con suficiente espacio para adaptarlas a cualquier competición de carácter internacional e incluso olímpico”, según reflejaban en el boletín. Asimismo estaba previsto que los alrededores dispusieran de amplias zonas peatonales e incluso que se contara con más infraestructuras para uso deportivo. La publicación del Club, de hecho, habla de “un gran parque de atracciones y centro deportivo, en el que la posible construcción de otros edificios, como piscina olímpica, palacio de deportes y pista de bicicletas, todos ellos con tribunas para espectadores, podrían servir de base para la organización de futuras competiciones internacionales”. Es obvio que los gestores del Real Madrid se adelantaban a la posible celebración de unos juegos olímpicos en nuestro país.
El campo, según estaba planeado, se hubiese construido al norte del actual Santiago Bernabéu para que no estuviera lejos de la antigua Ciudad Deportiva. El boletín habla de “un terreno situado al norte de Fuencarral, adyacente al cruce de la variante de la carretera de Irún con la de Colmenar”. Los accesos podrían adecuarse a las necesidades del nuevo campo, que ya contaba con la futura llegada de la línea del Metro a Fuencarral prevista para el año 1978.
El nuevo estadio hubiese contado con “tres pisos o graderías con entradas independientes para cada nivel” y con “un techo flotante constituido por 440 casetones de hormigón” con los que se cubrirían 34.000 metros cuadrados. El techo hubiese quedado suspendido mediante cables de acero desde ocho pilares de hormigón armado colocados en las cuatro esquinas del recinto. En el plan se contemplaban todo tipo de comodidades para los espectadores y se habían estudiado todos los aspectos concernientes a sonido, iluminación y ventilación. También contaría con espacio para oficinas del Club, salas de trofeos, restaurantes u otro tipo de actividades…
El encargado de llevar a cabo el proyecto para la nueva morada madridista fue el reputado arquitecto Félix Candela Outeriño, toda una eminencia en el ámbito de los recintos deportivos. Se trataba de un maestro de fama mundial. Nacido en Madrid aunque exiliado tras la Guerra Civil, Candela residía en México, donde había desarrollado el Palacio de Deportes que se utilizó en las Olimpiadas de 1968. “El proyecto hecho por Félix Candela para el nuevo estadio del Real Madrid es tan revolucionario que los arquitectos que lo conocen predicen que será un modelo para los estadios del futuro”, escribían en el boletín oficial madridista.
¿Y qué hubiese sucedido con los terrenos del actual Santiago Bernabéu? Los terrenos se hubiesen utilizado para ubicar un enorme parque urbano de cinco hectáreas y media con campos de juego para niños y deportes para los más jóvenes, una piscina, un estanque que se hubiese convertido en pista de patinaje durante los inviernos… Pero, sin duda, lo más llamativo hubiese sido la construcción de una imponente torre de cristal de 248 metros de altura con un aparcamiento subterráneo para 3.000 coches. “La Torre del Real Madrid, con sus setenta pisos, será el edificio más alto de Europa, y su escultórica silueta se ha diseñado de acuerdo con los problemas estéticos específicos del conjunto en que está situada”, reflejaba la publicación oficial del Club a la hora de explicar la urbanización de la zona. La gran torre y el parque fueron proyectados por los arquitectos Henry N. Cobb e Ieoh Ming Pei quienes, por cierto, siguen con vida a sus 92 y 101 años respectivamente.
El proyecto fue presentado en septiembre de 1973 a la Junta General de socios y a los medios de comunicación. Las maquetas fueron expuestas en el Palacio de Exposiciones y Congresos y en el Círculo de Bellas Artes siendo contempladas por miles de personas. Quizás algunos de nuestros seguidores más veteranos recuerden haberlas visto en su día. Pero claro, todo estaba condicionado a la financiación y a la venta del Estadio Santiago Bernabéu…
El proyecto, como todos a estas alturas sabemos y deducimos, no salió adelante. Contó con la oposición de parte de la prensa y de autoridades franquistas de la época como Arias Navarro, alcalde de Madrid y que durante aquel 1973 fue designado Ministro de Gobernación antes de acceder a la presidencia del Gobierno a finales de año. Por lo que se cuenta incluso se le llegaron a presentar al propio Franco en persona todos los detalles, planos y maquetas. Pero no hubo respuesta y las instituciones le dieron la espalda al Real Madrid. No hubo recalificaciones, no hubo permisos, no hubo autorizaciones, no hubo luz verde y todo quedó en agua de borrajas para desesperación de Bernabéu. El presidente se llevó un buen disgusto con todo aquello…
El Estadio Santiago Bernabéu se quedó como estaba y donde sigue estando. Eso sí, ha ido cambiando con el paso de las décadas y ha sido objeto de varias reformas que han trasformado su aspecto. Las más importantes, seguramente, fueron la de 1982, con motivo de la adecuación del recinto de cara al Mundial de España, y la que se llevó a cabo entre los años 1992 y 1994, que dejó la fisionomía de su contorno más o menos como ahora la conocemos. Ahora se baraja una posible nueva reforma que cambiaría radicalmente el semblante del actual recinto del Real Madrid, lo que ha generado cierto debate entre los aficionados sobre la conveniencia o no de acometer las costosas obras.
Pero… ¿Y si el futuro está lejos del actual Santiago Bernabéu? Se trata de ciencia ficción pero, puestos a imaginar, a uno se le pasa por la cabeza la posibilidad de realizar un recinto deportivo que acogiese al primer equipo de fútbol junto a los de la cantera y al equipo de baloncesto. La posibilidad de que el aficionado pudiese contemplar, caso de desearlo, a todas las secciones del Club en un mismo emplazamiento. No tengo ni la más remota idea de la viabilidad de un sueño así. Son tantos y tantos los factores que hay que tener en cuenta… Inversiones enormes, costes económicos descomunales, financiación, legislación, cuestiones de índole urbanístico… ¿Sería factible hacer algo de ese calibre? A corto o medio plazo seguramente no, dada la actual coyuntura económica.
En cualquier caso, me parecía interesante recordar a modo de curiosidad y apunte histórico que en su momento, hace casi medio siglo, sí que se llegó a barajar la construcción de un nuevo estadio para el Real Madrid. Y Don Santiago, de estas cosas, algo sabía…
Texto: @Rancoma_
Fotos: Boletín oficial del Real Madrid y Realmadrid.com