#OpiniónRMB | Vivir sin Doncic
El Real Madrid de basket vuelve ya al trabajo para enfrentarse al año de la defensa de la doble corona que tan brillantemente se logró el año pasado. El objetivo es el back to back en Euroliga y seguir con el dominio nacional. Un verano muy tranquilo. Pablo Laso no debe dar crédito a la tranquilidad de la que ha disfrutado este periodo estival. Nadie ha puesto en duda su puesto ni ha tratado de tirarlo al mar en silla de ruedas. Para eso ha tenido que ganar la Euroliga, por segunda vez, y la Liga, cuarto título en siete años. En fin, eso que tanto se habla ahora de la exigencia del Madrid. Una forma magnífica de edulcorar el histerismo y la inmediatez que tanto gusta a gran parte de la afición.
La confección de la plantilla está marcada inevitablemente por la marcha de Luka Doncic a Dallas Mavericks. En fin, es el tiempo que nos ha tocado vivir. Una de las muchas cosas que el basket FIBA debe cambiar. No hay derecho a que se lleven a un niño de 18 años, una estrella en ciernes, por un desembolso de dinero ridículo, que además ni siquiera paga el club comprador. Un disparate en toda regla. Sin ir más lejos la sección de fútbol ha pagado 45 millones de euros por Vinicius Junior, un jugador de futuro inmejorable y una pinta tremenda pero mucho menos curtido que el esloveno. En fútbol podría hablarse de expolio, pagado a precio de oro, en baloncesto directamente es un atraco a mano armada mientras te sonríen de medio lado y te dan una palmadita en la espalda.
De cualquier manera hay que aprender a vivir sin Doncic. Y será difícil. Luka nos permitía vivir en el escalón más alto de la pirámide de Euroliga. Sin él, somos más accesibles aunque seguimos siendo tan buenos como el mejor. Y para sobrevivir sin nuestro Mozart, el Madrid ha planteado una plantilla de una profundidad extraordinaria. Probablemente estamos ante la mejor y más larga plantilla de la historia del club. El calendario del baloncesto europeo es otro de las cosas que deberían cambiarse más antes que después. Resulta del todo inasumible alternar dos competiciones a la vez de la exigencia de Euroliga y ACB. Esto va a estallar y alguien va a terminar en el suelo.
No hay más que ver la lista de jugadores de perímetro. A los que ya estaban: Campazzo, Llull, Causeur, Rudy, Carroll, Yusta y Taylor, se unen el escolta esloveno Klemen Prepelic y el alero argentino Gabriel Deck. Además del canterano Melwin Pantzar, que sube para ocupar la plaza de tercer base. Realmente sobran piezas, Laso tendrá que gestionar los minutos en función de las competiciones y los estados de forma. El argentino nos permite un alero alto de muchos kilos, algo que podría llevarle en ocasiones a jugar de cuatro, y Prepelic nos aporta puntos desde perímetro. Otro tirador de esos que hacen posible el estilo.
En el juego interior la lista de nombres no se queda atrás. No hay ninguna cara nueva pero hay que contar con la recuperación definitiva de Ognjen Kuzmic, un siete pies que se unirá a Thomkins, Felipe Reyes, Anthony Randolph, Gustavo Ayón y Walter Tavares. Un roster interior que no parece tener nadie en Europa. Y sí, todos pensamos en Anthony Randolph. El Madrid tiene un margen de mejora respecto al año pasado y todo pasa por la muñeca, y por la cabeza, de este extraordinario americano.
Nos encontramos ante una plantilla muy sólida, larga y muy complementaria. Quizá las dudas surjan sobre todo en el puesto de base. Cómo volverá Llull tras su lesión y un verano cuidando de su rodilla, y cómo responderá Pantzar en los minutos que tenga, que los tendrá. Siempre he notado la ausencia de un especialista defensivo en el puesto de cuatro. Esa eliminatoria de cuartos de final de Euroliga ante los pívots pequeños de Panathinaikos dejó al descubierto esa carencia en nuestro roster. Eso no se ha resuelto salvo que Deck pueda hacer esa labor, algo que de momento desconocemos. Pero en definitiva son pequeños flecos que no empañan un trabajo estupendo de la gestión de los recursos por parte de la dirección deportiva.
El Madrid aspira de nuevo a ganarlo todo, como debe ser. Miraremos de reojo lo que haga Luka Doncic, siempre estaremos con él, allá donde vaya estaremos nosotros. No podemos caer en la tristeza de pensar qué hubiera pasado si hubiera seguido. La vida también es esto. Y ahora nos toca vivirlo a nosotros. Tendremos que conformarnos con verle jugar vestido con otra camiseta. Nuestra historia empuja a ganar y la plantilla está construida para eso. Incluso sin el mejor de todos.
Texto: Israel Loranca
Foto de portada: El Español