#JuegasEnVerso | Comienza la Liga, comienza la vida
Bienvenidos al mayor espectáculo del mundo. Este fin de semana comienza la preciosa e inigualable Liga española de fútbol…
Bandera de grada, bebé con su nana,
pañales con llanto la Liga bosteza,
sonrisas, colonia, que un niño regala
el blanco amamanta la leche en su teta.
El oso que huyendo dejó su madroño,
la cuna del pasto que hizo aquel hombre,
familia es quien hace del Siete provecho,
familia es quien ama sin carta ni sobre.
Las diez de la noche, domingo de mes,
septiembre amanece el verano amenaza,
Getafe, la Galia, Madrid cual Nerón,
imperio romano, brebajes en llamas.
Equipo azulón hermano del sur,
el pobre se limpia sus manos obreras,
la barra del bar enciende su Plus,
la tele recoge del olmo sus peras.
Estadio morado, morada de Dios,
bufandas ondean recuerdos de abuelos,
los tiros de Gareth terminan en gol,
lo centra Marcelo, el mar de mi cielo.
Primera jornada comienza por fin,
los veinte miuras esconden sus cartas,
primera cornada aviso al Madrid,
en la supercopa remojan sus barbas.
El asta hasta el fondo penetra en la vena,
la arteria vomita venganza de ira,
el trono y la foto, de Griezmann se sirve,
en plata de ley, bandeja en la Liga.
Colchones mojados de ortiga y verdina,
culés despojados de trampas sin Var,
Valencia que vuela y Batman lo mira,
Sevilla, dos aguas, que acaba en el mar.
Mi Liga es LaLiga de aquel que es mi barrio,
el yanqui de Tebas la amarra al bolsillo,
los campos de fango del sol rojigualdo,
la gente que almuerza bocata con hijos.
Atocha, Sadar, Pizjuán de don Juan,
bonito y coqueto el gran Chamartín,
Mestalla petardos en gris Catedral,
Las Gaunas reviven al Villamarín.
El Carlos Tartiere horreo asturiano,
dispara a Ablanedo paró el Molinón,
Nayim, Romareda, Pardeza y Cedrún,
el Recre es decano que un guiri dejó.
Un pueblo que bebe en botijo de barro,
se viste con gorra de campo y jornal,
pericos que extrañan el himno del padre,
en la carretera del viejo Sarriá.
…Por aquella liga que nuestros muertos nos dejaron y que estamos obligados a conservar.
Texto: Antonio Carrasco Martín.