#LaCiudadDeLasEstrellas | Julen en el País de las Maravillas
Con la marcha de Zidane, Florentino entró en una espiral de la que no supo cómo salir, hasta escuchar el consejo del gato. Consejo que es, a día de hoy, mi favorito. “Si no sabes a dónde vas, no importa mucho el camino que tomes.”
Florentino atendió y cogió el camino del medio, ni una estrella, ni alguien puramente de casa. Mejor ambas cosas, alguien con cierto bagaje que pasó por casa alguna vez. Cuando cogió el teléfono y llamó al, hasta entonces, seleccionador español, se abrió un mundo paralelo en el que ya era la hora del té. Un mundo conocido, pero indescifrable. Un mundo de película. El mundo del Real Madrid.
Al madridismo el anuncio le llegó por sorpresa. Estaban esperando cualquier entrenador, pero no ese. La confusión se hizo notar entre comentarios como “Es la falsa Alicia”. El madridismo es un ecosistema difícil para los entrenadores, porque es la única casa en la que ya te tienen preparado un sustituto decente antes de entrar.
Lopetegui fue valiente. A sabiendas de esto, teniendo que sustituir a un queridísimo Zinedine Zidane (ya lo echamos de menos) y siendo entrenador de la Selección, decidió cruzar la puerta. Así demostró ser válido al ser capaz de pensar en seis cosas imposibles antes del desayuno.
Lo que no esperaba, a buen seguro, era toparse, tan rápido, con el entorno del Real Madrid. Este entorno es, en sí mismo, una Reina de Corazones. Le prensa hizo con Julen lo que la Reina con Alicia. Perseguirla. La sentencia era firme: “Que le corten la cabeza.”
Dicho y hecho. El rebaño decidió que cumplir dos sueños, entrenar a España y entrenar al Real Madrid, era demasiado. Pensar en grande merecía castigo. El castigo llegó tras la presión de los de siempre. De aquellos que, por sí mismo, no son capaces ni de cumplir uno.
Entre la decepción y las lágrimas, Julen llegó al Bernabéu dónde ya lo estaba esperando el Sombrero Loco, cuya forma adopta el madridismo cuando las cosas se ponen serias. La afición cerró filas e hizo a su futuro entrenador una pregunta cuya respuesta le haría entender lo que significa el Real Madrid: “¿En qué se parece un cuervo a un escritorio?” Y yo añado, en lo mismo que este equipo al resto.
Así es como empieza la nueva temporada, mucho antes de que ruede realmente le balón. Tregua, como siempre, no hay. Una declaración, el cambio de entrenador, o el fichaje de algún jugador. El Real Madrid no respira tranquilo. Cualquier rato de tranquilidad se termina haciendo eterno.
Lopetegui, mientras tanto, lo ha descubierto como Alicia descubrió el País de las Maravillas. Está completamente loco, cierto, pero las mejores personas lo están.
Texto: @el_willhunting