#BlancoYEnBotella | Cristiano Ronaldo, rey del mundo
No han hecho falta ni 90 minutos para volver a ver cómo Cristiano Ronaldo se ha vuelto a poner el mundo por montera y a enterrar en goles a sus detractores, que estaban esperándole una vez más con la pala en ristre para proceder, esta vez sí, a su entierro definitivo como futbolista.
Aprovechando el eco internacional que una cita como una Copa del Mundo de fútbol supone, los “sospechosos habituales” del periodismo español y todos los antimadridistas que llevan dándole sepultura deportiva al astro portugués desde hace al menos cuatro años, esperaban ansiosos una debacle de Portugal en el campeonato.
Nada les habría hecho más felices que ver cómo Cristiano Ronaldo se volvía para su país a las primeras de cambio, sobre todo si como muchos andaban salivando, España le metía un soberano correctivo y el astro portugués se iba a casa sin marcar.
Y es que no hay cita mejor que un Mundial para medir a Cristiano Ronaldo con Messi, ya que muchos aún tienen encajada en la garganta como una llave Allen el hecho que un jugador como el portugués haya conseguido lograr un entorchado internacional con su país y el ídolo de toda esta gente siga huérfano de victorias con la albiceleste en todas las competiciones que ha disputado.
A pesar de que muchos lo siguen negando, el hecho de ganar una Eurocopa con una selección como la portuguesa fue algo parecido a una heroicidad en la que Cristiano Ronaldo, líder absoluto de ese equipo, tuvo un protagonismo destacadísimo, a pesar de que Payet se encargó de dejarle fuera de combate a las primeras de cambio.
Eso, comparado con los sonoros fiascos de Argentina en todas las competiciones internacionales jugadas con Messi como conducator, es un sapo de proporciones colosales y una bofetada que muchos no han logrado superar aún.
Messi y el Mundial, una historia de desamor
Porque Messi, que disputa su cuarto Mundial, ha venido fracasando estrepitosamente en su intento de asaltar la Copa del Mundo. Es cierto que su participación en Alemania 2006 fue casi testimonial, pero ya en plena explosión como futbolista, no fue capaz de hacer que Argentina pasase de cuartos de final en Sudáfrica 2010, con una discreta actuación durante todo el campeonato.
Pero es que en Brasil 2014, donde a pesar de que le regalaron el premio al Mejor Jugador del Torneo, su actuación especialmente en la fase decisiva del torneo fue manifiestamente mejorable ya que el de Rosario no marcó ni un solo gol ni dio ni una sola asistencia entre la fase de Octavos y la Gran Final, que dicho sea de paso, perdieron ante Alemania.
Una actuación que repitió en las últimas dos ediciones de la Copa América, que Argentina perdió en ambas ocasiones en la Final ante Chile y con sendos fallos desde el punto de penalti que acabaron llevando a Argentina a la derrota.
Pues bien, y a pesar de los esfuerzos de la prensa y el antimadridismo patrio por blanquear esta imagen de “pecho frío” y de jugador intrascendente para su país en los compromisos más importantes, Messi ha vuelto a fracasar a las primeras de cambio.
El problema para el argentino es que, mientras su equipo empataba a uno en su primer partido mundialista ante la modestísima Islandia y él volvía a fallar un penalti decisivo, Cristiano Ronaldo había destrozado en solitario a España, una de las grandes favoritas para ganar el torneo, con un espectacular hat-trick, logrando arrancar un valiosísimo empate.
Pero es que, en el segundo compromiso del campeonato, Cristiano Ronaldo ha vuelto a “tirar del carro” y, a pesar del pésimo partido disputado en conjunto por su equipo, un nuevo gol suyo, el cuarto en dos partidos, ha servido para que Portugal se llevase los tres puntos y pusiese pie y medio en octavos de final.
Este delito imperdonable que supone que Cristiano esté haciendo un campeonato absolutamente superlativo donde, salvo una catástrofe mayúsucula en el último partido, va a llevar a su país a la fase decisiva del Mundial, se ha visto aún más agravado por el hecho de que Messi, a pesar de llevar sólo un partido disputado, no esté brillando como se esperaba de un jugador de su nivel y, para más inri, ante un rival sensiblemente inferior como es Islandia.
Menospreciar a todos para blanquear los fracasos de Messi
Por este motivo, no se hicieron esperar los editoriales y tuits de muchos periodistas españoles menospreciando e incluso denigrando el enorme mérito de Cristiano Ronaldo, olvidando que gracias a sus goles va a llevar él solo a su equipo, un mediocre equipo, a la siguiente fase.
Unos mensajes que están yendo acompañados de otro falso mantra que es que el pobre Messi está acompañado de 10 tuercebotas en el campo, 22 tuercebotas aún más malos en el banquillo y dirigidos por un iletrado como seleccionador.
Algo que, curiosamente, contradice radicalmente esa gran payasada que estos mismos personajes nos han intentado implantar a modo de microchip en el cerebro, por el cual “gana el equipo que tiene a Messi”, “los partidos se ganan cuando quiere Messi” y chorradas semejantes que todos, en alguna ocasión, hemos tenido que escuchar de labios de estos apologetas del astro argentino.
Es más, ahora se dice que la desdichada estrella rosarina no puede tirar del carro él solo y que nadie puede ganar un campeonato si no está acompañado de un gran equipo. Es decir, que se trata de imponer en el imaginario colectivo la idea de que, mientras Portugal es una escuadra potente, Argentina no es más que un equipo propio de una pachanga dominguera entre solteros y casados.
Porque, claro, cómo vamos a comparar a la todopoderosa selección portuguesa, donde militan estrellas del firmamento futbolístico como Cédric, Pepe, Moutinho, William Carvalho o Guedes, como escuderos de lujo de CR7, con la depauperada selección argentina.
Total, quiénes son Higuaín, Dybala, Lo Celso, Otamendi, Marcos Rojo, Di María o el Kun Agüero. Nada, jugadores de medio pelo que no descalzan a Messi, que bastante tiene el pobre con tener que compartir vestuario con esa escoria futbolística. Así es normal que Argentina no pueda ganar un Mundial.
Es más, estos apóstoles de la figura de Messi tienen el cuajo de decirte que la Argentina que ganó el campeonato de 1986 en México era comparable en nombres y hombres a la Argentina actual y que Maradona, que hasta ahora todos habíamos admitido que fue quien llevó a su país al triunfo final, ya no era para tanto. Una falacia colosal.
Vamos, que línea por línea, aquella selección albiceleste integrada por gente tan sospechosa como Pumpido, Brown, Ruggeri, Valdano o Cucciuffo, entre otras grandes “estrellas”, no tenía nada que envidiar al equipo argentino actual, donde dicho sea de paso, juega una serie de jugadores que han protagonizado los más caros traspasos del fútbol mundial de estos últimos años.
Entonces, es comprensible que Argentina apenas pudiese pasar de un triste empate y ofreciendo una lamentable imagen ante Islandia y se haya complicado sobremanera la clasificación para octavos, especialmente teniendo delante a un equipo sólido como Croacia y la siempre correosa Nigeria.
Pero que no os engañen. Cristiano, al que estos llevan años enterrando a tres metros bajo tierra, no sólo no está acabado sino que además sigue vivito y coleando. Y que, como pasó en Francia 2016, a poco que se lo proponga y le acompañe la fortuna en los cruces, puede volver a hacer historia con su país, mientras que otros acaban fracasando nuevamente. De momento, va camino de ello…
Por tanto, gritemos bien alto, ¡larga vida al Rey!
Texto: @djmontero
Foto de portada: ElPaís