#OpiniónReal | Zidane: La grandeza de un entrenador digno e insuperable
La noticia ha convulsionado al madridismo. Zidane ya no va a entrenar al Real Madrid. Ha tomado la decisión de forma leal a la institución, sin codiciar otro destino futbolístico. Cualquier entrenador que gana tres Copas de Europa en menos de tres años se aferraría al banquillo o aprovecharía el hito para condicionar al Real Madrid e imponer sus exigencias. Zidane es una naturaleza diferente.
Su elegancia, dignidad y generosidad están fuera de toda duda. No ha querido aguardar a que su trayectoria en el banquillo se torciese. En el momento en el que no se ha visto apto para acometer los cambios que la plantilla precisa, ha decidido ceder su puesto a un entrenador que insufle frescura. Sacrificarse para que se pueda llevar a cabo una renovación sin traumatismos, sin cuentas pretéritas.
Es difícil encontrar un entrenador tan oportuno. Supo retirarse como futbolista y ha sabido abandonar el Real Madrid, un club en el que el entrenador está sometido a examen permanente, incluso cuando rebasa todos los registros en forma de títulos.
Zidane ha triunfado. Florentino Pérez tuvo el aplomo de confiarle un proyecto deportivo que se tambaleaba. Debíamos ser contados los que habíamos seguido las evoluciones de Zidane como entrenador del Castilla. En cambio, infinidad de voces emergieron de la ignorancia para desacreditar la apuesta del club. Pese a sus notorios éxitos, estas voces no se han acallado del todo y han ejercido en de forma cansina un papel de resistencia hacia las virtudes del francés.
Zidane ha hecho gala de paciencia y estilo, para no detenerse excesivamente en los que le han descalificado como entrenador. Ha soportado preguntas insidiosas y juicios sumarísimos amparados en el desconocimiento.
Zidane tiene claro que el grupo es la llave del éxito. Su conocimiento sobre la tipología del jugador madridista ha sido su gran aval. Desde el primer momento supo componer un vestuario disconforme con los métodos de Rafa Benítez y granjearse la confianza esa confianza. Dio continuidad a jugadores como Casemiro y Lucas Vázquez que parecían abocados a la nada después de la destitución de Rafa Benítez. Ha sabido convencer a Cristiano de la importancia de dosificar los esfuerzos y en general ha sido exigente con sus futbolistas, pero también cariñoso y comprensivo.
Zidane ha defendido a sus hombres, sin ambages. Se ha llegado a oponer a fichajes para no interferir en la marcha del grupo. La dedicatoria de Marcelo a su entrenador después de marcarle en febrero al PSG es una imagen que puede condensar el valor de Zidane como entrenador.
Zidane ha podido interpretar señales perfectamente identificadas en su experiencia de jugador. Indicios propios que aconsejan el cambio para evitar un ambiente viciado. Antes de que nadie más lo pueda observar, Zidane se aparta, decide mantener su servicio al Real Madrid.
Se aparta por el bien del Real Madrid, pero no se aleja. Los madridistas siempre lo sentiremos muy cerca y le agradeceremos lo que nos ha hecho vivir.
¡Gracias Zidane!
Texto: @DBenavidesMReal