Fede Valverde no conoce límites
Florencia Tan Jun/Getty Images
Fede Valverde se está destapando como un futbolista vital para el esquema de Ancelotti. Su rendimiento no para de mejorar.
El uruguayo tomó el testigo del dorsal de Toni Kroos. El teutón dejó claro en Cibeles que, el que había sido su dorsal, luciría en la espalda del mejor heredero posible.
La trayectoria del pajarito, como si de un vuelo se tratase, parece que no deja de ascender y no sabemos cuál puede ser el límite de Fede.
El centrocampista ha quemado todas las etapas en el club, con un progreso coherente y cargado de aprendizaje. Ha absorbido como una esponja lo mejor de cada uno de sus compañeros, incluidos los valores del Real Madrid.
El trabajo y el esfuerzo mezclado con la humildad de Fede, han convertido al uruguayo en un jugador total. También un entorno saludable que le ha apoyado en los peores momentos y le ha mantenido enfocado en el objetivo de ser mejor cada día.
Valverde encontró un hueco como falso extremo derecho y lo aprovechó. Con Zidane llegó a jugar de lateral derecho. Desde ese perfil, asistió a Vinícius en el gol de la decimocuarta. Podría haberse quejado por ocupar una posición alejada de sus cualidades, pero prefirió aprovechar la oportunidad en silencio y destaparse como un velocista incansable.
Más tarde, pasó a ocupar un puesto como interior y fue con la llegada de Ancelotti que destapó su faceta goleadora. Demostró, no sólo ser un jugador vital en la presión y el trabajo defensivo, también un arma letal en campo contrario.
Ya con Ancelotti, el uruguayo tuvo que retrasar su posición para jugar como 5. Ahí es dónde demostró haber aprendido lo mejor de Casemiro y de Toni Kroos. Demostrando una madurez futbolística al alcance de pocos, Valverde dejó claro que también puede asumir esa responsabilidad.
Más allá de eso, su carácter, su alma de líder y esa energía inagotable, son cualidades que terminan por enamorar al madridismo. En numerosas ocasiones el uruguayo ha dejado claro:
«Correré hasta que las piernas me revienten«
En este inicio de temporada, Fede juega como si no necesitase pretemporada. Está siendo una parte fundamental sosteniendo al equipo, en la construcción del fútbol y también en la producción goleadora.
Es uno de los jugadores más en forma de la plantilla y Ancelotti ya ha dejado claro que Valverde es vital para este equipo. Por otro lado, esto es algo que salta a la vista viendo el rendimiento de Fede.
Es un referente para la afición y para el madridismo, con la misión de honrar a una leyenda y un ídolo como es Toni Kroos. Y si hay algo que Fede tiene, es honor.
Ha declarado amor eterno al Real Madrid con la cara de ilusión de un recién llegado, como quien vive un sueño cada segundo de su vida. Ha rechazado los intereses de algunos de los mejores club de Europa, porque según él ya está en el mejor del mundo.
Aquel chico de Peñarol que no se creía el interés del Real Madrid, que salió cedido al Deportivo de la Coruña y que tuvo que esperar su momento, ya es un futbolista de talla mundial.
El pajarito pasó a ser halcón y su vuelo parece ser imparable, como si no entendiese de techos o de cielos. Los límites para Valverde no existen.