Fede y Militao, insustituibles y hechos a medida para el Real Madrid
Angel Martinez/Getty Images
El verano y el inicio de la temporada, están marcados por los que vienen y los que se van. A unos se les echa de más y a otros de menos. Y entre tanto ida y vuelta, a veces nos olvidamos de los que siempre estuvieron.
El partido de ayer frente al Valladolid dejó muchos titulares. El primero de ellos, la victoria. También la falta de buenas sensaciones en el primer tiempo. El estreno sin gol de Mbappé y el estreno con gol de Endrick. Todo ello copará portadas y tertulias futboleras de esta semana trepidante de fútbol.
Sin embargo, hubo dos buenas noticias relacionadas con los que siempre están. Esos que trabajan en silencio y que por el simple hecho de llevar tiempo en el club, no llaman tanto la atención.
En primer lugar, quiero detenerme en la actuación de un futbolista que el año pasado no pudo contar para Ancelotti. Uno de los mejores centrales del mundo y a quien, tras una larga lesión, le estaba costando volver. No es otro que Eder Militao.
Tras su lesión de rodilla en la jornada 1 de la pasada campaña, Militao logró reaparecer en el tramo final de la misma. Pudo llegar a la Copa América con su selección, pero parecía haber perdido chispa.
El brasileño siempre se ha caracterizado por su exuberante físico, la capacidad de defender en campo abierto y esa potencia que le permite ir al choque una y otra vez. Ayer volvimos a ver al Militao que recordábamos.
En un planteamiento meramente ofensivo, con las líneas de presión adelantadas hasta el área rival, Militao volvió a ser el que era. Lo más importante no fue que defendiese bien, es que no tuvo miedo de chocar, de medirse en velocidad, girar, ir al suelo y defender con mucho campo a su espalda. La concentración fue máxima e incluso parecía disfrutar.
A todo ello, sumó varios desplazamientos en largo marca de la casa. Uno de ellos se convirtió en una asistencia a Brahim y otro dejó absolutamente solo a Rodrygo. Magistral con y sin balón.
Y es que no se me ocurre un central mejor para este Real Madrid, incluso para lo que historicamente ha sido este club. Un equipo que deja espacio a su espalda y que debido a la velocidad de sus atacantes, muchas veces encuentra un recurso en el desplazamiento en largo. Si fuese cualquiera de los tres de arriba, me frotaría las manos viendo los envíos de Militao.
El segundo futbolista que quería señalar, es alguien que ya no sorprende, pero a quien creo que no hay que dejar de señalar como uno de los futbolistas claves de este equipo: Fede Valverde. ¡Qué jugador! Lo hace absolutamente todo.
Lo que más impresiona del uruguayo, no es su nivel, si no la constante mejora en su fútbol. No deja de incorporar nuevos conceptos. La madurez que está alcanzando es, no solo de futbolista de época, también de líder del equipo.
Si los primeros años de su explosión se caracterizó por el ida y vuelta y esa capacidad incansable de correr, desde el año pasado se pudo ver cómo aprendió a dominar el fútbol desde la base del centro del campo. Es capaz de actuar de pivote tanto en acciones defensivas, como iniciando la fase ofensiva.
Por supuesto, no ha perdido su capacidad hacer gol llegando al área o con su potente disparo desde lejos. Tampoco la capacidad de replegar a una velocidad que asombra o romper líneas en conducción iniciando contragolpes imparables. Aparece por el centro, pero también por la banda.
Es el futbolista total.
Ayer, ya estaba siendo el mejor antes del gol, pero es que se inventó un pepinazo desde fuera del área para abrir el marcador. Cuando el partido se estaba atragantando, apareció con un misil de libre directo para hacer el primero. Corrió a abrazarse con Ancelotti que antes de disparar le dijo «Fede a puerta». Tras el gol ambos se fundieron en un abrazo mientras el italiano le decia «te lo he dicho».
El uruguayo ha encontrado en el técnico un padre futbolístico. Ancelotti ha conseguido elevar el nivel de Fede, llenándole de confianza, incluso haciéndole ver que puede ser un jugador de 10-15 goles por temporada.
La relación entre ambos es magnífica y el entrenador madridista reconoce que «Valverde es un jugador insustituible por su calidad, su fuerza y su inteligencia».
Sin embargo, Fede fue mucho más que el gol, por ser fue hasta MVP.
Valverde es ese jugador que enamora al madridismo en silencio, que no necesita halagos para aparecer. Él no entiende el fútbol y el Real Madrid de otra manera que no sea dándolo todo. Su actitud es lo que marca la diferencia. También la humildad con la que trabaja, siendo esto lo que nos regala un futbolista cada vez más completo y determinante. Y por si fuese poco, Toni Kroos le confío su «8» nombrándole su heredero. Hay algo claro en el halcón, que podrá estar mejor o peor, pero jamás defraudará al madridismo y mucho menos a su ídolo de la infancia.
Fede y Militao, dos futbolistas que ya estaban, pero que no por ello dejan de ser tan importantes como los que llegan. Ambos son tan importantes que condicionan el planteamiento del equipo. Permiten a Ancelotti atreverse a lanzar la línea defensiva a campo rival, sin importar el terreno que dejan a la espalda, porque sabe que van a recuperar.
Dos futbolistas hechos para jugar en el Real Madrid, por sus condiciones, su carácter y lo que le aportan al conjunto blanco. Unas características que harán brillar al equipo cuando los de arriba estén bien y que lo sostendrán cuando las cosas no salgan.
Y es que el verano nos ha traído dos diamantes, pero no podemos olvidar las joyas que ya brillaban desde antes en nuestro expositor.
Fede y Militao, las dos grandes noticias del partido de ayer.