#JuegasEnVerso | Los silencios de Zidane
En 1952, el compositor estadounidense John Cage, ideó una obra que en aquellas fechas sorprendió a todo los presentes.
Según Cage, la pieza podía ser tocada por cualquier instrumento o persona, ya que sólo hacía falta que éstos estuvieran 4 minutos y 33 segundos en absoluto y riguroso silencio.
En la partitura 4’33 (así se llama la obra), se reflejaba una sola palabra, TACET, que no era más que la obligación del intérprete a guardar silencio en ese tiempo y lugar acordado. De estilo vanguardista, la rueda de prensa que dio ayer Zidane como previa al Clásico, me recordó de algún modo a la genialidad que John Cage regaló al mundo en forma de silencios hablados.
Telón, piano y aroma a parquet recién barnizado me vino a la mente ayer, mientras Zidane sacaba a pasear su látigo de seda ante todas esas grabadoras con pilas en la barriga, que escuchaban en la sala de prensa de Valdebebas.
¿Habrá pasillo?
¿El pasillo es signo de humillación o de caballerosidad?
¿Son merecedores este Barça y esta Liga de que el Madrid haga ese pasillo?
¿Por qué aquel que no rindió honores al campeón del mundo en diciembre pide respetos en mayo?
¿Son los actos del Barça tan honoríficos como para pedir ellos también un pasillo de honor?
¿Es conveniente homenajear a un club que hace unos años encendió los aspersores a un rival que le derrotó en buena lid?
¿Es este Clásico merecedor de jugarlo con los mismos jugadores que jugarán en Kiev?
¿Perderíamos algo si perdemos?
¿Ganaríamos algo si ganamos?
4 minutos y 33 segundos después de que Zidane comenzara a responder preguntas en aquella rueda de prensa, la obra ya había terminado. Las preguntas siguieron oyéndose pero el mensaje que Zidane había mandado se había alzado por encima de la propia voz del mismo Zidane.
Aquellos NO DECIR NADA de Zidane, habían hablado más que cualquier grito de entrenador malhumorado y sin embargo todos estaban callados. Piano, piano y el guantazo en la boca en forma de falsa sonrisa ya te lo había dado. Caricias a las teclas, engaño y vuelven las falsas sonrisas a la primera fila del teatro de Madrid.
Tacet, silencios y el Madrid por encima de todo. Honor. Y es que como bien dijo John Cage en 1952 cuando le preguntaron por el sentido de su obra ante tantas críticas:
-«Os equivocáis. La obra 4’33 no es silenciosa. Si os fijáis, cambia cada vez que alguien la toca, pues los sonidos del público riéndose al ver al pianista parado, los silbidos de protesta por el dinero pagado y los aplausos de aquellos que verdaderamente la están comprendiendo, son los auténticos sonidos que la obra nos quiere mostrar».
Y es que, como una vez dijera un compositor estadounidense, a veces una obra, una rueda de prensa o una simple voz, no es lo que dice o lo que deja de decir, sino lo que tú piensas cuando alguien pregunta a una tercera persona frente a ti.
Esa tercera persona es Zidane y si tú mientras preguntaban ayer a Zidane estabas pensando lo mismo que él respondía varios segundos después, es que tú estás comprendiendo la pieza que John Cage Zidane ha empezado a preparar para el concierto del día 26 de mayo en el frío Kiev.
-«¿Haréis pasillo al Barça?»-dicen los mortales.
No gracias. Somos el doce veces campeón de Europa y en Kiev volveremos a tocar la melodía más silenciosa y ensordecedora que el barcelonismo escuchará jamás.
Silencio, comienza la obra…
Texto: @ankarma81