Las claves de la conquista de la Decimoquinta
Justin Setterfield/Getty Images
El Real Madrid se proclamó campeón de la Champions League 23/24 tras superar al Borussia Dortmund en la final de Wembley. Los blancos, capitaneados por Nacho y dirigidos por Carlo Ancelotti, levantaron la Decimoquinta al cielo de Londres tras mucho sufrimiento y dos goles que pasarán a la historia
Ha vuelto a pasar, ya es tan habitual que estamos acostumbrados a como actuar cuando ocurre. El partido comenzó con un Borussia Dortmund ilusionado ante su primera final desde la que perdió hace más de diez años contra el Bayern Múnich. Los alemanes ya sabían lo que era perder una final de Champions en Wembley y no quería volver a pasar por eso pero el Rey de Europa volvió a sacar todo su poderío a partir de la segunda mitad. El madridismo sufrió durante gran parte de la final pero en los compases finales vimos como el Real Madrid sacaba su mejor versión para conseguir la decimoquinta Copa de Europa de su historia.
El descanso, un punto de inflexión para los blancos
Después de una primera mitad nefasta de los pupilos de Ancelotti, el descanso hizo que los merengues se dieran cuenta de que estaban jugando una final de Champions y que con la intensidad que le estaban dando al juego no les iba a servir para llevarse el título. El Borussia Dortmund le cedió la posesión al Real Madrid para aprovechar los fallos en las combinaciones de los madridistas y armar rápidos contragolpes. Seguro que aún hay algún madridista recuperándose de aquellas cabalgadas de los alemanes tan seguidas como peligrosas.
Entonces llegó el descanso y benditos 15 minutos que tuvo Ancelotti para revertir la situación. La bronca del técnico italiano tuvo que ser brutal y tremendamente persuasiva porque nada más comenzar los segundos 45 minutos, vimos como el principal problema del cuadro merengue se solucionaba. En la primera mitad, el problema estaba en las puntas porque Rodrygo y Vinicius dejaban salir muy fácil a las primeras líneas alemanas. Tras el paso por el túnel de vestuarios, Carletto mandó a Bellingham y a Fede Valverde ir a presionar la salida del balón al ser los jugadores más activos en la presión y tanto Vinicius como Rodrygo se escoraron hacia sus respectivas bandas para hacer más daño.
El cambio táctico funcionó porque los de Edin Terzic ya no tenían tantas facilidades para amedrentar a los defensas merengues pero aún así seguían intentando sembrar el pánico cerca de la meta de Courtois. Sin embargo, aún faltaba algo para llevarse la final y eran los goles.
El cabezazo de Carvajal y la sentencia de Vinicius Jr
Todos los madridistas se mordían las uñas, el tiempo se acababa y la sensación era que podía pasar cualquier cosa. Pero de repente llegó Vinicius con una jugada maradoniana que acabó en córner, Toni Kroos acomodó el balón para ponerla con tanta delicadeza que era imposible no rematarlo. En ese momento estaba Carvajal suspendido en el aire en el primer palo para protagonizar un cabezazo perfecto con el que anotó el primer gol de la noche, aquel que puso por delante al Real Madrid en la final de la Champions a falta de 15 minutos para el pitido final.
La euforia en el bando madridista fue increíble. Nadie podía creer que después de tanto sufrimiento, un canterano y un madridista de corazón como Carvajal nos estaba dando la Decimoquinta. El lateral intentó un cabezazo similar unos minutos antes y el balón se fue por encima del larguero pero en ese instante, tras 74 minutos de juego, los astros se alinearon para que Carvajal se convirtiera en el protagonista principal de la noche.
A partir del gol de Carvajal, no solo el Borussia Dortmund se vino abajo sino que el Real Madrid se creció de tal manera que Kroos estuvo a punto de marcar un golazo de falta y un disparo de Camavinga rozó el larguero. El bueno de Bellingham también estuvo a punto de hacer el segundo gol pero el destino quiso que él fuera quien asistiera a Vinicius Jr tras recuperar el esférico por un error defensivo del cuadro alemán. El brasileño aprovechó el regalo de la defensa rival y la asistencia de su compañero para anotar el 0-2 con el que sentenció el triunfo merengue. El bueno de Vinicius no solo marcó su segundo gol en una final de Champions sino que hizo que el madridismo viera la Decimoquinta a la vuelta de la esquina y así fue.
El pitido final que da inicio a una celebración especial
Cuando el colegiado dio por finalizado el encuentro, toda la plantilla del Real Madrid corrió a celebrarlo. No era para menos, acababan de sellar una campaña perfecta con solo dos derrotas y tres títulos. Además, fue la primera vez que el Real Madrid se proclamaba campeón de la Champions League sin perder ni un solo partido. Los más veteranos como Nacho, Carvajal, Kroos y Modric celebraban su sexta Copa de Europa mientras algunos como Vinicius, Rodrygo, Camavinga o Courtois festejaban la segunda de sus historiales y otros como Bellingham, Arda Güler o Joselu estaban eufóricos por levantar su primera Champions.
El momento cumbre de la noche llegó cuando Nacho, el capitán del equipo y un madridista de corazón que le ha dedicado toda su vida al club, levantaba la decimoquinta Champions League de la historia del club al cielo de Londres. El bueno de Carletto fue manteado mientras recordaba que esta era su quinta Copa de Europa como entrenador, tres de ellas en el Real Madrid, y Florentino Pérez no podía estar más orgulloso al superar a Santiago Bernabéu con su séptima Champions.
Daba igual si estabas en Londres, en Madrid o en cualquier parte del mundo. Este triunfo se vivió con la misma pasión que como si fuera la primera vez que el Real Madrid consigue una Champions y no es para menos. El madridismo y los jugadores aún están asimilando el triunfo mientras se preparan para celebrarlo en Cibeles hoy mismo. Esto es el Real Madrid, el Rey de Europa que se ha hecho con su decimoquinta corona en Wembley.