La opinión de @israelloranca : Una final en 3 actos.
Acto I. Zalgiris
El Real Madrid recibe este jueves a Zalgiris Kaunas en el primer acto del drama en el que se ha convertido la clasificación con factor cancha para la Final Four de Belgrado. La inesperada derrota en Valencia del pasado martes nos deja sin red, presionados por Zalgiris, Khimki y Panathinaikos. Cuatro equipos empatados a victorias y un solo hueco con factor cancha. Una situación delicada cuyas cuentas son sencillas: ganando los tres partidos que restan de fase regular, el Madrid será cuarto.
El rival es un equipo de autor, Sarunas Jasikevicius ha logrado imprimir carácter a un equipo de presupuesto discreto que se ve empujado por un indómito talento natural y el peso de la historia. El baloncesto es en Lituania algo más importante que la salud. Ellos son la gran sorpresa de esta segunda edición alargada de la Euroliga, un equipo de rotación corta que ha resistido la dureza del calendario y los largos desplazamientos desde Kaunas al sur de Europa, mayoritarios en Euroliga.
El hombre a seguir en Zalgiris es el base canadiense Kevin Pangos, de 25 años, formado en Gonzaga y con experiencia ACB. Zalgiris se mueve a su ritmo, un jugador con muchas virtudes que ha encontrado en los sistemas de Jasikevicius un entorno donde asimilar el basket europeo y explotar su talento. El notable rendimiento de Pangos en esta edición de la Euroliga le va a permitir aspirar este verano a un contrato mucho mejor en un lugar bastante más soleado.
Por su parte, el Madrid se ve más exigido de lo que pensaba. La derrota en Valencia, inexcusable por otro lado, el rival fue mejor y el Madrid no dio una versión suficiente como para merecer la victoria, nos deja sin red. Si nos caemos lo hacemos con todo el equipo, al suelo directamente, ya no hay nada que nos proteja salvo esos basket average que nos benefician con todos nuestros rivales directos.
Gustavo Ayón será baja por un esguince de tobillo, plazo de ausencia indeterminado aunque probablemente ya no podremos contar con el mexicano en los partidos que faltan de fase regular. El año viene así, marcado por continuas lesiones, es lo que hay, el calendario no te permite parar para lamentarte. Seguir adelante y esperar que no haya más desgracias.
La baja del pivot mexicano supone que Walter Tavares no tendrá que compartir minutos con nadie. El jugador africano supone un abuso en la zona. El Madrid es uno con el caboverdiano en pista y otro diferente sin él. En esa mezcla y de cómo nos adaptemos a su ausencia en pista van muchas de nuestras opciones hoy en Goya y el resto de la competición. Sin Ayón, Tavares no podrá jugar todos los minutos de 5, y ahí entra Anthony Randolph, el americano con pasaporte esloveno no termina de encontrar el ritmo que tenía antes de la lesión. El Madrid le necesita para ganar el título. Sin él, nuestras opciones se reducen. Randolph aporta puntos fuera de sistema, rebotes, intimidación y agresividad. Un 2.11 tan coordinado como un alero, con la muñeca de un escolta, que sube la pelota como un base y con los brazos tan largos como su compañero Tavares. Un arma que no tiene nadie en Europa y que ahora mismo está desactivada.
El partido debería servir también para ver a Luka Doncic de nuevo en pista. Una buena noticia entre tanto parte médico siempre es bien recibida. El esloveno parece haber olvidado su lesión muscular, y oxigenado su mente y su alma, para encarar a tope el último tramo de temporada. El Madrid necesita a Doncic, primero porque es el jugador franquicia, quien más nos diferencia del resto, y segundo porque la carga de minutos de Facundo Campazzo ha superado con mucho el límite razonable.
Una final. Eso es lo que nos espera esta noche en Madrid. Hay tres y el partido contra Zalgiris es la primera. La derrota no es una opción. El factor cancha, en una competición donde la alternativa es tener que asaltar Atenas o Estambul, es determinante para poder jugar la Final Four de Belgrado. Hoy no podemos fallar.
@israelloranca
FOTO: realmadrid.com