Opinión | El conformismo frustra a la afición
David Torres / madridistaReal
Ayer, el Real Madrid Femenino sucumbió de nuevo a la “Clásica” derrota contra el Barça de Giráldez. 4-0 para las azulgranas, que se meten en la final de Supercopa del sábado frente al Levante. ¿Lo peor? Parece que la sección del club blanco ya daba el duelo por perdido antes de que sonase el pitido inicial. Y, los aficionados, también. El reto parecía ser evitar una goleada mayor al 5-0 del enfrentamiento liguero de Montjuïc: un conformismo abrumador
¿Qué nos falta? ¿Talento? ¿Actitud? ¿Ambición? ¿Inversión? ¿Un cambio en la gestión del proyecto? La respuesta está clara: falta de todo. Y la pasividad que aprecia el madridista, que no ve ímpetu por revertir la situación, potenciada por las declaraciones de un técnico que se escuda en que las “expectativas son elevadas” y que “los objetivos no son los mismos que los del Barcelona”, acaba por decepcionar al que escucha y sigue al equipo femenino.
Las expectativas son elevadas, porque esto es el Real Madrid. Y el escudo exige. El Barcelona femenino tiene “hambre” de ganarlo todo, ese es su objetivo, seguir siendo el equipo que gane Champions, Liga, Supercopa y Copa de la Reina. ¿Cuándo marcará el Real Madrid en su casilla alguno de esos objetivos? El tiempo apremia. La afición desespera. Se es consciente de que ha habido bajas, lesiones graves como las de Weir y Carla Camacho, pero éstas son parte de la cara amarga del fútbol: hay que tener recursos para combatirlas. No son excusa. Ante el grave problema de la falta de efectivos, sobre todo, en defensa, el Real Madrid Femenino no ha conseguido fichar a una central en el mercado invernal. Objetivo fallido, suma y sigue… 13 victorias del Barça.
En la rueda de prensa previa a las semifinales de Supercopa, Toril, el técnico blanco, comentaba: Creo que no hay tanta diferencia con el Barça. Podemos ponerlas en problemas. Tenemos posibilidades y en algún momento llegará la victoria. Quiero que juguemos sin complejos. Sin pensar en el rival.
En algún momento llegará la victoria
La lectura entre líneas: no ‘se sale’ a ganar el partido, ‘se sale’ a intentarlo. Duele. El ADN Real Madrid lleva intrínseco el hacer lo imposible, posible. El Real Madrid no espera sentado en el banquillo a que llegue el momento, salta al campo a por ello.
Creo que no hay tanta diferencia con el Barça
Sí la hay. 46 goles en contra y 6 a favor: el balance de goles del Clásico femenino. Ni un solo empate por parte del Real Madrid, todo derrotas. El problema: no se intenta reducir ‘la distancia’ para con las azulgranas, se deja estar ahí. Conformismo.
Los grandes equipos son los que hacen autocrítica y se miran por dentro. Desde la directiva, pasando por el equipo técnico y llegando a las jugadoras. Y a este equipo en su conjunto se le cierne una crisis de la que no quieren oír, ni hablar. El Barça le gana a todos. Es el campeón de Europa. A veces estamos más cerca y más lejos […] Como equipo, lo estamos intentando, sentenciaba Alberto Toril. El discurso “esto es lo que hay” choca con el espíritu Real Madrid. Porque se lucha hasta el final. Ayer se vio en Butarque a un equipo perdido y completamente acorralado, ¿dónde está el Real Madrid que forzó la prórroga al Barcelona en la Supercopa pasada? ¿Dónde está el Real Madrid que en el Camp Nou, frente a 91.553 espectadores, se fue al descanso en cuartos de Champions con 1-1 en el marcador? No entonces había mejor plantilla que ahora, pero sí espíritu. Que vuelva ese ADN madridista es lo que pide un aficionado cansado de que le vendan humo. Un aficionado que sabe que el Barça Femenino es superior, pero pide a su equipo que dé la cara y compita como ya lo hizo en otras ocasiones.
El vestuario blanco no ve las contundentes derrotas ante las blaugranas como algo tan negativo, parece confiar en que es “cuestión de tiempo” el plantarle cara a un Barça, o tener posibilidades de ‘pelear’ ante los grandes europeos en Champions, competición de la que cayeron eliminadas en fase de grupos. Yo, por mi parte, creo que es cuestión de ponerse manos a la obra, y trabajar al respecto. Pero no puedes trabajar en los defectos si no se analizan. La afición lo ve. Los que no son aficionados también lo ven. El vestuario, ¿lo ‘ve’ pero no quiere reconocerlo? Y la directiva, ¿conformes también? Peor aún.
La afición exige que se dé un paso adelante. Hay algunas jugadoras de talento, hay presupuesto… Y, no obstante, la ambición para con la sección femenina está dormida. Sin coraje, esto no es el Real Madrid.
Mientras escribo estas líneas tengo un nudo en la garganta, porque pese a la decepción, me pesa el escudo y sé que seguiré estando… Hasta el final. Eso sí, no estoy dispuesta a conformarme. He dicho.