Opinión | Valverde eleva sus prestaciones
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Valverde amplía su contrato hasta 2029 con el Real Madrid. Tras las renovaciones de Vinicius, Rodrygo y Camavinga, el charrúa rubrica su prolongación con el club. La cláusula, también de 1.000 millones
Si hace unos días eran los brasileños Vinicius Junior y Rodrygo los que rompían el hielo, junto con la de Camavinga este pasado martes, ahora llega el turno de otro de los centrocampistas imprescindibles para Carlo Ancelotti: Fede Valverde. El uruguayo también extenderá su contrato hasta 2029.
El jugador charrúa es una pieza fundamental para el equipo y para el vestuario. La temporada pasada se consolidó con Carletto, aunque tuvo momentos de altibajos debido a varias lesiones, pero el ex de Peñarol es un baluarte que, tarde o temprano, también se iba a blindar. A sus 24 años, ya ha conseguido 1 Champions, 2 Mundiales de Clubes, 2 Ligas, 2 Supercopas de España, 1 Copa del Rey y 1 Supercopa de Europa.
Fue Juni Calafat, entonces jefe de fútbol internacional, quien insistió a José Ángel Sánchez para firmar a este centrocampista lleno de energía y calidad, capitán entonces de la selección uruguaya sub-17 y que tenía prácticamente un acuerdo cerrado con el Arsenal londinense para irse allí. Desde entonces, y salvo el paso por el Deportivo (2017-2018), Valverde sólo ha vestido de blanco y de celeste con la selección uruguaya en un viaje que le ha llevado de ser conocido como El Pajarito a El Halcón. Un periplo que le ha convertido en titular clave en el centro del campo para Ancelotti tras haber comenzado en el banquillo como otros muchos compañeros.
Su cambio comenzó a darse cuando empezó a madurar futbolísticamente hablando, aprendiendo de compañeros como Modric, Kroos y Casemiro, escuchando a su mujer, Mina Bonino, sus padres y amigos, teniendo la confianza del actual entrenador del Sevilla, Diego Alonso. Fue a partir de la campaña 2019-20 cuando el Pajarito echó a volar: esa campaña jugó 44 encuentros con el Real Madrid (entre todas las competiciones). Ya se veía un jugador capaz de abatir líneas rivales, ayudar a sostener a Casemiro el centro del campo y llegar a puerta con facilidad, aunque le penalizaba no marcar goles.
Sería Carlo Ancelotti quien le ayudaría a superar y a pulir ese defecto. El italiano, centrocampista en los 80, le ayudó a mejorar notablemente: le ubicó en el lado derecho del campo, con total independencia para atacar, pero siempre con la idea de ayudar en tareas defensivas. La pasada temporada fue la de su gran ebullición: logró marcar 12 goles, la mayoría desde fuera del área en 56 partidos (entre todas las competiciones). Fue el tercer jugador con más partidos disputados en esa campaña. Sufrió un bajonazo (físico y psicológico) tras el Mundial de Catar, ya resuelto y olvidado.