Baloncesto | Sólo el Madrid es capaz de resucitar en el infierno
No importa la sección que sea, el escudo del Real Madrid es sinónimo de perseverancia cuando todo parece perdido. El conjunto de Chus Mateo llegaba a los Playoffs de Euroliga con muchas dudas, en un estado de forma mejorable y con miles de rumores de salidas a su alrededor. Las dos derrotas ante Partizan no hacían sino echar más leña al fuego. Hace una semana los rivales del Madrid se frotaban las manos y se regocijaban al verlos al borde del abismo. Los años pasan y nunca aprenden. A los blancos nunca se les debe dar por muertos.
Todavía queda culminar la faena el próximo miércoles, pero lo que ha logrado el Madrid debe tenerse en cuenta. Los partidos en el WiZink dejaron al Madrid prácticamente tocando fondo. La pelea que tuvo lugar al final del segundo encuentro reflejaba la frustración de los madridistas totalmente desquiciados con los resultados de los dos primeros asaltos. Salir de Madrid con un 0 – 2 en contra, es muy duro de digerir, sobre todo teniendo en cuenta que tocaba ir a una de las canchas más duras de Europa. El Stark Arena de Belgrado es un territorio hostil para el equipo visitante. Una atmósfera que empequeñece a los rivales y que motiva a los suyos. Partizan lo veía todo hecho, a una victoria de Kaunas y con dos oportunidades para concluir la serie en casa. Sin embargo, no contó con un factor muy importante, que enfrente tiene al Real Madrid.
La batalla en los banquillos no era ni comparable, en un lado Obradovic, uno de los mejores entrenadores de la historia y en el otro Mateo, novato en Playoffs y criticado durante todo el curso. Pero en la historia del Real Madrid siempre han aparecido héroes, jugadores que con el escudo en el pecho sienten que cualquier cosa es posible sin importar lo que esté pasando a su alrededor. Aquí es cuando aparece Walter ‘Edy’ Tavares. Probablemente el mejor pívot de la historia del club merengue y situado ya en el olimpo de la Euroliga. El caboverdiano llegaba muy tocado, lesionado en el segundo partido en su rodilla.
Una vez saltó al parqué, dejó las molestias atrás e hizo una de las actuaciones más dominantes que se han visto en la competición europea. Ni el mejor entrenador que se ha visto nunca en Euroliga pudo pararle. Un pívot que no mete triples y que incluso a veces le cuesta tirar de la bombilla, pero que su físico y su ambición le hacen comerse el aro cada vez que le pasan el balón. Ante esta determinación, ni siquiera el infierno de Belgrado puede pararle los pies. Tavares lucha por algo más que por él mismo, tiene el respaldo de la historia del Real Madrid y sabe que su esfuerzo motivará e inspirará a muchos más a seguirlo.
Ahora queda poner la guinda al pastel y completar un nuevo capítulo de la leyenda del club blanco, demasiado grande para quedarse en un sólo deporte. Este miércoles tenemos una nueva cita con la historia, vuelve Kevin Punter y se cae Gabriel Deck, pero en lo momentos difíciles es cuando de verdad surge el sentimiento de remontada madridista. Esperemos que unos días estemos hablando de cómo el Madrid prepara la Final Four de Kaunas, pero de momento ya se ha hecho lo más difícil. El equipo de baloncesto le ha devuelto la ilusión a una afición que ya lo daba todo por perdido, una lección más para seguir aprendiendo la historia de este club.
Foto: Real Madrid Basket Twitter
