Todo Nervio Y Corazón | Por lo civil o por lo criminal
Dicen que nada es a propósito, pero ¡oye!, que nos toca un equipo y lo hace en Copa, Liga, y en un periodo de tiempo entre ellos muy escaso, es casualidad. Los partidos contra el Athletic han sido demasiado cercanos para que no haya rencillas peliagudas. Pero, ¡oye!, que sí, todo es casualidad y los leones, en lugar de llorar dan zarpazos; animados por las pedradas con las que nos recibió su afición en el País Vasco.
En Copa ellos no salieron mal, con una actitud completamente diferente a la que lo hicieron en Liga y aún así, nuestro portero apenas tuvo trabajo, pero la más clara que tuvimos al final del partido por parte de Casemiro no se materializó y la que tuvieron ellos sí lo hizo… así que la Copa para otro año. Muchos se asustan porque no recuerdan que el equipo fuera eliminado de una competición, así o de la manera que fuera, pero ni es la primera vez ni será la última… Quizá los recuerdos son más volátiles de lo que se cree y lo que algunos leen en prensa o ven en chiringos varios, es la realidad. Pues perfecto, son grandes sitios donde conocer lo que ocurre con el equipo, que no tiene que hacer público lo que pasa de puertas para adentro. Quien lo sepa, que se dedique a ser TuitStar si le hace dormir bien por las noches y tener de qué hablar a la mañana siguiente en el trabajo.
Tras lo tiras y aflojas de la afición, las críticas con insultos a nuestro equipo —que es el mejor criterio—, y el pensar que saben cómo es el estado de los jugadores, sus entrenamientos y quién debe jugar, el Granada llegaba a nuestro estadio, y parece que más que los tres puntos, ha supuesto —para variar—, más y más críticas envueltas de insultos. Todo el mundo se acordará a final de temporada del encuentro que no le gustó frente al Granada, y si no, tendrá sus DeportesCuatro o MarcAs para decirse, ¿ves? Y de esta manera, otra jornada de luchas nubla el apoyo que debe darse al equipo.
La primera parte fue muy gris, pero tras el descanso donde Carlo debió hacer lo que le toca como entrenador —y sí, no se puede saber qué dice ni qué pensó. Una verdadera pena para los que necesitan saberlo todo—, se avecinaba una segunda parte donde pudimos ver a nuestro equipo como nos gusta. O al menos a mí.
En cuanto salió Valverde, que solo el equipo médico sabe cómo se encuentra en realidad y más tras la Copa América, poco a poco —y aún no he oído ni creo que lo oiré—, el equipo andaluz se quedaba en su campo y no salía; bien posicionados, eso sí, pero sin pasar del centro del campo. Lo que no dejamos de oír a principio de temporada era lo limitao que es Militao, jugador que hoy por hoy se deja la piel en el campo y no solo en defensa, sino subiendo a campo rival y robando balones como ocurrió en el gol de Asensio. Golazo donde los haya, sí, producto de la calidad descomunal que sigo pensando tiene este jugador pero que solo demuestra en fogonazos. Porque vaya disparo que se convirtió en el uno a cero; el efecto que tomó la pelota descuadró al portero rival que hasta entonces paraba lo imparable convirtiéndose en internacional gracias a nosotros.
La ovación que recibió Marcelo cuando fue cambiado, solo demuestra lo que supone finalizar bien tu carrera y no como Casillas, que se unió a quien no debía y dijo cosas que no son entendibles en una persona que viste nuestra camiseta. Nunca olvidaré verle en nuestro estadio con los brazos en jarras tras marcar Ronaldo un gol en Champions…
Se piden dos dedos de frente en el club, ¿pero los tenemos nosotros? Yo prefiero pensar que por lo civil o por lo criminal se tenía que ganar el domingo y así se hizo, quien solo quiera juego bonito… que no celebre títulos. Ni siquiera el mejor equipo del mundo puede jugar bonito siempre.
Texto: @angiemg82
Foto: OSCAR DEL POZO / AFP via Getty Images