Opinión | Lucho sí conocía a Abdulrazak
Al enterarnos del reciente ganador del Nobel de Literatura fuimos muchos (me atrevería a decir que toda España) los que experimentamos una sensación muy similar a la que nos producen las convocatorias de Luis Enrique. Pasmo, desconcierto y una urgente necesidad de, primero, comprobar que no estamos leyendo el Mundo Today y, segundo, tratar de averiguar lo antes posible de quién nos están hablando. Es por eso por lo que estoy completamente seguro de que Luis Enrique ya había oído hablar de Abdulrazak, el autor tanzano que se hizo con el galardón de la academia sueca la semana pasada.
Se cumplen todos los requisitos que excitan desmesuradamente al seleccionador: absoluto desconocido para el gran público, con apenas participación en el mundo literario español y con sus tres libros publicados por una editorial que acabó quebrando. Si además añadimos que Gurnah dedica su obra a describir los efectos devastadores del colonialismo (algo que a buen seguro Luis Enrique relacionará de algún modo con el madridismo), no es difícil imaginarse al seleccionador llenando andamios y andamios con las obras del Nobel.
Y es que uno comienza a sospechar que Lucho va de alternativo, de especial, de entendido. Rechaza lo común, lo mundano, lo que es evidente. Lucho no lee bet sellers, Lucho te comenta apasionadamente el argumento de la última película de una joven directora pakistaní mientras te reprocha que hayas “desperdiciado” tu tiempo viendo la última de James Bond. Y todo esto lo argumenta sin utilizar un lenguaje elevado, sino transformándose en un chulo de discoteca que busca bronca. Porque Lucho, además de ver lo que nadie es capaz de ver, tiene un par de huevos. Hay que reconocerle la complejidad del personaje.
No se me ocurren otros motivos para que el seleccionador no llame a Nacho, a Canales o a Rafa Mir que la necesidad de destacar, de ser distinto, de demostrar que sabe mucho más que el resto. Quizás, si queremos que en la selección vuelvan a estar los mejores, los aficionados deberíamos reaccionar no pidiendo su convocatoria, sino pidiendo su suplencia en sus respectivos clubs o mejor aún, pidiéndole a Boyero que escriba un artículo poniéndolos de vuelta y media.
Foto: Claudio Villa / Getty Images