Crónica Real | El oxígeno que necesitábamos (3-2)
En nuestro ciclotímico transitar, venimos de subidón tras las últimas grandes actuaciones (Barcelona, Alemania y frente al Huesca en casa), que no siempre acompañaron con los mejores resultados, para afrontar una nueva final en esta fase de grupos de Champions que tanto se ha complicado. El empate de la segunda jornada, aunque injusto porque merecimos la victoria, nos dio la vida, ya que una segunda derrota hubiera puesto la clasificación realmente difícil. La cosa es que seguíamos en peligro, por lo que lograr la victoria frente a los italianos era indispensable. Y se logró.
Unos italianos que tienen su punto fuerte en la solidez defensiva y el orden táctico, en el bloque de líneas del mediocampo y defensa, justo lo que tanto nos cuesta traspasar en nuestro ataque posicional. En ataque lo apuestan todo a la inspiración de Lukaku y Lautaro, ya que no destacan especialmente en lo creativo. La baja del primero nos aliviaba de preocupaciones. Mucho músculo y Achraf, del que algunos madridistas esperarían un partidazo para tener su dosis de “yoyalodijismo”, que está la cosa muy malita… Una victoria aquí cambiaba, y mucho, el sentido del grupo.
Enfrentamos el partido con el equipo que está siendo habitual en las grandes citas últimamente, ofensivo y con velocidad. Un centro del campo fuerte y sólido con Valverde y Casemiro acompañando a Kroos, y Asensio, que parece haberse asentado en el once, por la derecha junto a Bezema y Hazard, que se ha reincorporado ofreciendo muy buenas sensaciones e, incluso, reencontrándose con el gol. Ni que decir tiene que los laterales fueron para Cafucas Vázquez, que está dando un rendimiento espléndido, y Mendy, verdadero baluarte. Ramos y Varane completaron la terna.
El equipo sólido en defensa del año pasado parece haber desaparecido. Recibimos demasiadas ocasiones y estamos encajando goles, pero ahora sí estamos dominando el área rival, con 12 goles marcados en 4 partidos. No nos está faltando gol, no.
Aunque superiores en la primera parte, esta fue igualada, con los dos equipos dando un buen nivel, pero en la que nosotros tuvimos menos defectos. Con varios arreones, acumulamos ocasiones y acercamientos. Una gran ocasión de Asensio, un peligroso centro de Valverde que nadie fue a rematar, otro de Lucas que despejaron los italianos, un tiro de Valverde alto… en seis minutos.
El Inter respondió con un remate forzado que terminó impactando en el larguero y otra bastante clara de Lautaro dentro del área, con un disparo débil que rechazo Courtois.
El partido fue, en ese primer tramo, de ida y vuelta, bastante atractivo. Tiro de Kroos por aquí, tiro de Vidal por allá…
El hecho es que el control iba siendo cada vez más nuestro, pero el Inter daba sensación de peligro en sus salidas. Donde sacamos ventaja fue en sus dificultades para sacar el balón jugado. Cometieron muchísimos errores en salida de balón, pero a nosotros nos faltó decisión para atacar los espacios tras la recuperación. Errores que a menudo no tenían que ver siquiera con una buena presión nuestra.
Ese mayor dominio terminó concretado en una maravillosa jugada entre Cafucas Vázquez, Benzema y Valverde, que concluyó con un remate alto con todo a favor de éste último.
Luego llegaron los dos goles. Benzema aprovechando un error de Achraf, otro más de los italianos (lo que se diría de este muchacho, imprescindible desde que no está en el club, de haber vuelto y cometido ese error); y Ramos en un fantástico remate de cabeza. Está imperial el capitán.
Desgraciadamente, cuando tocaba madurar y asentar el partido con esa diferencia, nos encontramos con una buena combinación de los italianos que remachó Lautaro, donde nos faltó intensidad en la presión. Esto está siendo un problema, recibir gol al poco de marcarlo. El equipo se relaja un tanto al ponerse en ventaja.
La segunda parte fue más feota. La sensación de ligera superioridad cambió de bando. El Inter mejoró la presión, y aunque no generó peligro, nos costó Dios y ayuda salir de ella. Así fue hasta las primeras sustituciones en el 63, donde Zidane cambió las bandas. Asensio y Hazard, que salió tocado por otra entrada fuera de lugar, por Vinicius y Rodrygo.
En un fugaz atisbo de lo que vendría, Cafucas Vázquez tuvo la primera ocasión de este periodo con un tiro de puntera que salió desviado. Ha vuelto a estar más que solvente el gallego, no ya por su consabido esfuerzo, sino también por su calidad, muy bien en la salida de balón y los controles, muchos de ellos más que dificultosos.
Esto espoleó a los italianos, que en la siguiente jugada empataron el partido… Y tuvieron dos claras aproximaciones para ponerse por delante, una de Lautaro y otra de Perisic. Nosotros opusimos un inocente disparo de Kroos.
El partido estaba tremendamente peligroso y dividido, muy rifado, donde podía pasar cualquier cosa… Y pasó con la salida de Modric (por Kroos) una vez más. Ahora era el Inter el que chocaba contra nuestra defensa y nosotros encontrábamos más huecos. Atacando uno de ellos llegó el pase en profundidad de Valverde para un Vinicius que metió el balón raso en el área hasta Rodrygo, que definió con precisión y contundencia logrando el gol definitivo.
Esto dejó aún más huecos, que se manifestaron en otras dos tremendas ocasiones marradas por Benzema, una a pase de Cafucas que remató con todas las partes del cuerpo (muslo, mano, culo) sin acertar a meterla, y otra en una gran jugada de Modric que golpeó el palo.
Esta victoria nos da el oxígeno que necesitábamos. Era indispensable y se ha logrado en un partido muy disputado contra un rival duro, bien trabajado, pero que se ha complicado muchísimo la clasificación. Partido igualado, pero en el que nuestra solvencia en el área rival ha definido.
Texto: @MrSambo92
Foto: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images