Sentimiento Real | Supura el antimadridismo
No sé cómo acabará esta Liga que tan bien encaminada tiene el Real Madrid, pero levantarse cada mañana con las lágrimas del antimadridismo no tiene precio. De nada servirán nuestras risas si no confirmamos el alirón, pero no podemos despreciar el hecho de que nos lo estamos pasando muy bien desde aquel empate del Barcelona en Sevilla que nos permitió colocarnos en la cima de la clasificación. Y ahí seguimos, ojalá que hasta el final. ¡Vamos, Real!
A mí no me gustaría ser del equipo del pueblo, ir de pobrecito por la vida, ser un pupas, cantar muy alto en las gradas. Yo prefiero ser del equipo del mundo entero, presumir de prepotencia, resurgir mil veces de nuestras propias cenizas, cantar siempre el We are the Champions. No me gustaría ser de un club politizado, que mi bandera fuera la del cinismo y que nuestro estilo de fútbol fuese el toque y el teatro. Yo prefiero ser de un club sin fronteras, que abraza bajo su escudo a cualquier ser humano que lo ame, ir de frente y sin dobleces, que nuestro estilo sea solamente el de no ser capaces de parar de ganar.
Cuánto más nos odian, más madridista me siento, más orgullosa estoy de los míos, capaces de ganar a las dos de la tarde de un mes de julio habiendo descansado el tiempo que dura una siesta. Cuanto más difícil nos lo pongan, mejor va a saber. Cuanto más tergiversen y manipulen, más dura golpeará la realidad sobre sus rostros de cemento. La mentira del antimadridismo sólo tiene cabida y sentido en la cabeza de los que odian por encima del odio, que es una mezcla de dolor y rabia que termina supurando bilis y da lugar a esa enfermedad llamada madriditis.
Ser madridista no es solamente el amor por el Real Madrid y un modo de vida. Ser madridista es también disfrutar con el antimadridismo, verlos ladrar, perder el norte. Ser madridista es ser consciente de que a veces vas a perder, pero que la mayoría de las veces vas a ser testigo de la historia del club de fútbol más importante del mundo, que eso que ves no es sólo un partido, no son solamente jugadores, delante de tus ojos se están escribiendo páginas que se leerán dentro de cincuenta años y siglos después. Y ahí estamos nosotros, siendo testigos de ello.
Texto: @7Sempiterno7