Real Madrid – Snaidero Caserta: un duelo histórico, por @AbrahamR_82

28 julio 2017 - 05:01
Real Madrid – Snaidero Caserta: un duelo histórico, por @AbrahamR_82

Año 1989. Año difícil de olvidar. Año de acontecimientos que marcaron el rumbo y el devenir de buena parte de Europa y del mundo. Quizás el más relevante fue aquel 9 de Noviembre, en donde caía el Muro de Berlín poniendo fin a 44 años de guerra fría.

Destacar también el 22 de Diciembre en el que triunfó la revolución en Rumanía tras el derrocamiento del dictador comunista Nicolae Ceausescu, fusilado 3 días después junto a su esposa; o el 4 de junio, en el que las protestas en la plaza de Tiananmen se cobraban la vida de más de 2.000 personas; o el 20 de Enero, en donde George H. W. Bush juraba su cargo como el presidente número 41 de los Estados Unidos.

En España vimos cómo nos dejaba uno de nuestros pintores más internacionales. Salvador Dalí moría el 23 de Enero a los 84 años. Los Simpson se colaban por primera vez en nuestras pantallas a la vez que veíamos cómo Pedro Delgado se adjudicaba la Vuelta Ciclista a España. Madonna estrenaba su mega éxito «Like A Prayer», y en el que todo el mundo no paró de bailar la Lambada.

Pero si hay una fecha que quiero recordar de ese año es el 14 de Marzo. Ese día el Real Madrid y el Snaidero de Caserta disputaban la final de la Recopa en el Pabellón de La Paz y La Amistad de Atenas. Un Real Madrid que poco antes había ganado la Copa Del Rey tras derrotar al Barcelona en la final disputada en La Coruña por 85-81 en una gran actuación de Johnny Rogers, clave en la victoria de los de Lolo Sainz.

Esta final de la Recopa pasó a la historia por el duelo anotador que mantuvieron Drazen Petrovic y Oscar Schmidt, y por ser la final con mayor anotación de la historia con el dato de que Real Madrid y Snaidero son el campeón y el subcampeón de dicha competición con mayor anotación.

Ambos equipos se presentaban en esta final eliminando en semifinales a la Cibona de Zagreb y al Zalguiris de Kaunas. El Real Madrid, tras infringir un severo correctivo al equipo croata en semifinales (especialmente en el partido de vuelta) con un Drazen Petrovic imperial, partía ligeramente como favorito. Además, había vencido en los dos partidos de la fase de grupos al Snaidero de Caserta, 109-92 en Madrid, y 94-95 en Caserta. Pero esto era una final.

Los equipos se presentaron en esta final con los siguientes quintetos: por parte del Real Madrid, Lolo Sainz sacó de inicio a Drazen Petrovic, Chechu Biriukov, Johnny Rogers, Fernando Martín, y Antonio Martín. Mientras que el equipo de Caserta, al que entrenaba Francesco Marcelletti, salió de inicio con Ferdinando Gentile (Padre de Alessandro Gentile), Vincenzo Esposito, Sandro Dell’Agnello, Oscar Schmidt, y Georgi Glouchkov (Primer Europeo en jugar en la NBA).

El partido comenzó con un ritmo anotador tremendo, con los ataques imponiéndose claramente sobre las defensas (individuales ambas), sobre todo por parte de un Real Madrid que en los primeros 3 minutos de partido ya tomó una ventaja de 6 puntos (11-5), con un Johnny Rogers acertadísimo gracias a sus 6 puntos sin fallo. Gentile estaba siendo el jugador más clarividente de su equipo en esos primeros compases y no quería que su equipo perdiese la estela de un Real Madrid que seguía por delante en el marcador con unos grandes porcentajes de cara al aro, sobre todo gracias a unos infalibles Petrovic y Biriukov, que cogieron el testigo anotador de Rogers consiguiendo ventajas alrededor de los 6 puntos para los de Lolo Sainz.

Aunque el Real Madrid no perdía la delantera en el marcador el equipo italiano no dejaba que éste se escapase. Oscar Schmidt estaba despertando de su letargo y comenzaba a ser el protagonista en ataque de su equipo. Gracias a sus puntos y a que su equipo empezó a dominar el rebote -Marcelletti metió en pista a Polesello para eso precisamente- Snaidero se colocaba a un punto del equipo madridista a falta de 10:30 para el descanso, y pocos minutos después, gracias a su afán, tomaba la delantera por primera vez en el partido (23-24). Un Fernando Martín que disputaba esa final mermado ya que estaba jugando con un dedo roto, devolvía la ventaja a su equipo en el siguiente ataque con un 2+1 en una fase del encuentro en la que tanto el propio Martín como Glouchkov tomaron protagonismo tras apenas haber aportado en ataque.

Con un Snaidero que estaba contagiando de su ritmo de partido lento al Real Madrid de la mano de un Gentile que estaba siendo clave en ese aspecto, fue Petrovic quien, con un recital de fundamentos ofensivos y anotando de cualquier manera y cualquier posición, conseguía mantener al Real Madrid por delante en el marcador. Ventaja que refrendó Pep Cargol anotando el 60-57 con el que se llegó al descanso.

En la reanudación el genio de Sibenik quiso finiquitar la final por la vía rápida. Acompañado en la anotación por un Chechu Biriukov que estaba realizando un partidazo, el Real Madrid cogió su máxima ventaja en el partido (71-64) frente a un Snaidero en el que solo Oscar Schmidt tiraba del carro en esa segunda parte.

Los hombres de Marceletti, a pesar de una muy buena defensa y de seguir dominando el rebote –Lolo Sainz había metido en pista a Romay que consiguió bloquear ese aspecto- no conseguían acercarse en el marcador y veían como a 12 minutos para el final del partido el Real Madrid se escapaba 12 puntos arriba (85-73) lo que obligaba al técnico trasalpino a pedir tiempo muerto. Un tiempo muerto que vino bien al conjunto de Caserta porque tras la reanudación gracias a una defensa zonal 1-3-1 y a un Gentile que, con Oscar Schmidt en el banquillo, estaba siendo el referente ofensivo de su equipo conseguía rebajar su desventaja de los 10 puntos a menos de 10 minutos del final.

Llegamos al punto en el que la tensión se apoderó del choque, sobre todo en un conjunto italiano que estaba muy descontento con el arbitraje de los señores Rigas y Kurilic. El Real Madrid seguía echando de menos los puntos de Fernando Martín y solo le mantenía por delante la exhibición que estaba dando Petrovic. Eso, unido a que Gentile y Oscar no fallaban una, hizo que a 5 minutos del final, y con 91-89 en el marcador, Lolo Sainz se viese obligado a pedir tiempo muerto. Fue entonces cuando, tras ese tiempo muerto, la emoción llegó a su momento más álgido. Con Petrovic y Oscar manteniendo un duelo espectacular en anotación, fue este último quien a 20 segundos del final anotaba un triple estratosférico que ponía el empate a 102 con un último ataque para el Real Madrid. Un ataque en el que Petrovic perdía un balón que pudo ser decisivo ya que no dio tiempo a la contra del equipo italiano y se llegaba al final de los 40 minutos con empate a 102. Un final con polémica ya que el Snaidero protestó una posible falta de Biriukov a Gentile. Tocaba ir a la prórroga.

Petrovic quiso resarcirse de su balón perdido al final del tiempo reglamentario y no lo pudo hacer de mejor manera que anotando un triple al poquito de empezar la prórroga que daba aire a su equipo. Un Real Madrid que vio como uno de sus mejores jugadores en dicha final, Chechu Biriukov, cometía su quinta falta personal y por consecuencia quedaba eliminado del partido, entrando en su lugar José Luis Llorente.

Con los nervios y la ansiedad haciendo mella en ambos equipos, Fernando Martín resurgió como el Ave Fénix para anotar 4 puntos consecutivos que resultarían claves, ya que colocaron al Real Madrid con 111-105 a su favor con solo 1:15 de prórroga por disputarse. Pese a la desventaja el equipo italiano no tiró la toalla, y un excelso Gentile volvía a poner emoción en el marcador anotando dos triples consecutivos que ponían el 113-111 con un minuto por jugarse. Pero toda aspiración de victoria del conjunto de Marceletti se vio truncada cuando Oscar cometía su quinta falta personal y quedaba eliminado de un partido que sentenció Petrovic para poner el 117-113 final en la que posiblemente ha sido una de las 3 mejores finales europeas de la historia. Una final que pasó a los anales de la historia por el recital anotador de Drazen Petrovic y Oscar Schmidt, que hicieron de este partido uno que los aficionados jamás han olvidado ni olvidarán.

REAL MADRID 117: Drazen Petrovic (62), Chechu Biriukov (20), Jhonny Rogers (14), Fernando Martín (11), Antonio Martín (2) -cinco inicial- Pep Cargol (4), Fernando Romay (4), Jose Luis Llorente (0).

SNAIDERO CASERTA 113: Ferdinando Gentile (32), Vincenzo Esposito (2), Sandro Dell’Angello (20), Oscar Schmidt (44), Georgi Glouchkov (13) -cinco inicial- Fulvio Polesello (0), Franco Boselli (2), Massimiliano Rizzo (0), Francesco Longobardi (-), Giacomo Antonio Tofano (-).

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