#OpiniónRMB | El Madrid post-Doncic

#OpiniónRMB | El Madrid post-Doncic

Y el Madrid ganó. Y lo ganó casi todo, nos quedamos a un Peruga de hacer triplete, y lo hizo siendo el mejor de todos, ganando a los mejores en las circunstancias más adversas, y demostrando una tremenda solidez. El Madrid de Pablo Laso se convirtió en un rodillo inaccesible para el resto de rivales europeos. Y lo hizo porque su rotación no tenía fin, porque todos los jugadores entendieron su rol, y porque en la plantilla del Madrid jugaba Luka Doncic.

Luka Doncic nos ha durado un suspiro, y solo podemos lamentarnos. Un niño ha soportado al club más grande del baloncesto europeo en la temporada con la mayor plaga de lesiones que se recuerda. Ante ese gigante nos encontramos. Ya era especial cuando apareció delgadito y con apenas 16 años, pero se ha transformado en un monstruo con tan solo 19. Un jugador que ha convertido al Madrid en un equipo inaccesible, simplemente mejor que el resto. Este año el Madrid ha hecho muchas cosas bien, pero ha ganado fundamentalmente porque tenía un jugador que no tenía nadie.

Ahora se marcha a Dallas, a jugar con los mejores, allí tendrá que seguir mejorando y ocultando esos defectos que en la NBA se le harán más evidentes. Y pienso en ese primer paso tan corto o en el desplazamiento lateral. Problemas menores para un talento tan desbordante, Luka asume el juego con demasiada naturalidad, además de tener una capacidad innata para mejorar. Los Mavericks nos han quitado un buen puñado de Euroligas con la fuga sin oposición de Luka. Algo de lo que deberíamos hablar en otro momento. Esa servidumbre tan desagradable que el baloncesto europeo tiene hacia el basket USA. Hay formas de protegerse, nos va el futuro en ello.

Pero ahora toca hablar del futuro más cercano, del Madrid post-Doncic. Y el Madrid sin Luka será un Madrid peor, de eso no tengo ninguna duda. No podemos pensar que seremos igual de buenos porque sería mentirnos. No hay posibilidad de adquirir ningún jugador que sea capaz de generar tanto juego. El Madrid debe aspirar a seguir siendo el mejor, porque se puede, pero no tan bueno, porque es imposible. Para eso el club ya ha apostado por dos nombres: Klemen Prepeljc y Gabriel Deck. La política del Madrid es ejemplar. El grupo que dirigen Alberto Herreros y Juan Carlos Sánchez se adelanta siempre varios pasos a los hipotéticos problemas que la plantilla pueda sufrir en el corto y medio plazo. El trabajo es cuidadoso y en silencio, inteligente. La sección de basket la manejan profesionales que saben muy bien lo que hacen. Y los resultados terminan por respaldar esa política tan sabia.

Klemen Prepeljc es un escolta tirador de 25 años. Aparentemente viene a suplir el hueco que antes o después dejará Jaycee Carroll. El club lo fichó ya el año pasado asombrado por su excelente Europeo, junto a Doncic y Randolph, quizá pensando en un declive mayor de Rudy Fernández. El hecho es que Carroll parece que tiene menos de 35 años y Rudy ha terminado como MVP de la final ACB. El cuerpo del balear agradece el descanso veraniego. El esloveno viene a completar un juego exterior magnífico, cargado de puntos y con piezas compatibles. La temporada es tan larga que nadie sobra.

Gabriel Deck es un alero argentino de 23 años, ronda los dos metros, tiene un físico imponente y acaba de ser nombrado MVP de las Finales de la Liga Argentina. Le vimos por aquí el verano pasado jugando con San Lorenzo un par de partidos de pretemporada contra el Madrid y el Barcelona. Deck jugó muy bien ambos encuentros y dejó una sensación magnífica. Una intensidad bárbara, uno de esos jugadores que puedes llevarte a jugar a Estambul o Atenas. Una pieza que no existe en la plantilla. Un alero alto muy fuerte, que puede postear y amenazar desde fuera, al menos eso dice su tarjeta de visita. El basket europeo se juega a un ritmo diferente al argentino pero si traslada todo ese bagaje a la ACB, el fichaje es estupendo.

El resto de la plantilla no debería sufrir demasiados cambios. La política de la sección de basket, que comparte también con la de fútbol, se basa en la solidez del proyecto. Un núcleo duro de jugadores, muy identificados con el club, y pocos cambios por año. Las grandes dudas están en el puesto de uno y de cuatro.

La marcha de Doncic deja a Sergio Llull y Facundo Campazzo, recién renovado hasta 2020, como únicos bases de la plantilla. La figura del tercer base siempre ha existido en las plantillas de Pablo Laso. No sería descartable un base de rol o incluso subir al jovencísimo Melwin Pantzar al primer equipo. Una plantilla de 15 jugadores con dos bases entraña cierto riesgo. Una lesión de alguno de ellos podría obligarte a acudir al mercado en pleno invierno. La apuesta por un fichaje ahí es bastante razonable.

Y el puesto de cuatro debe retocarse ante la más que probable marcha de Anthony Randolph. El mejor cuatro de Europa por potencial. No parece que nadie tenga dudas al respecto. Sin embargo, en el deporte de elite el potencial es solo un papel sin firmar. Hay que demostrarlo y Randolph no lo ha hecho salvo en ocasiones esporádicas en Madrid. Su probable marcha sería una nueva pérdida de talento que, sumada a la de Doncic, hacen que la plantilla pierda poderío. Y esa sangría hay que taponarla.

El Madrid quedaría con Felipe Reyes, camino de los 39 años, y Trey Thomkins, también renovado, como únicos jugadores capaces de jugar en el 4. Parece bastante claro que el esfuerzo económico debe ir a ocupar ese hueco. Y el club debe hacerlo, primero porque puede tras el traspaso de Doncic, la marcha de Randolph y el ahorro por el nuevo contrato de Rudy; y segundo, porque está obligado a ello. El Madrid debe reforzar una posición que ya este año ha sido problemática. El perfil debería ser un jugador capacitado para cambiar en defensa, algo que ni Felipe ni Trey pueden hacer, para evitar pesadillas como la eliminatoria contra Panathinaikos. Si pudiera amenazar desde fuera y ser sólido en defensa ya sería la cuadratura del círculo. Toko Shengelia parece el elegido, aunque arrebatárselo a Baskonia en un año en el que la Final Four es en Vitoria va a ser más difícil que sacar a Juancho Hernángomez de la NBA. Dos opciones que cumplen bastante el perfil y que imagino estarán en la agenda del club.

Y esperar que Sergio Llull recupere su nivel de siempre. Y confiar en la eterna juventud de Jaycee Carroll. Apostar por la mejoría de un Rudy Fernández menos exigido en verano. Y creer en el valor de la intimidación de Walter Tavares y Ognjen Kuzmic. El Madrid pierde a Luka Doncic, y eso es muchísimo, pero sigue teniendo un grupo formidable y un entrenador que este año ha dado un clínic de cómo debe gestionarse una plantilla. Nunca hay que olvidar que el verdadero responsable de esta edad dorada de la sección de basket se sienta en el banquillo y se llama Pablo Laso Biurrún.

Texto: @IsraelLoranca

Foto: AS

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