#OpiniónReal | Jugar como nunca para que le arbitren como siempre

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Desde que es entrenador del Real Madrid Zidane desconoce la derrota en el Camp Nou. Un registro imponente. Hasta el partido de ayer, todas las buenas actuaciones albergaban un denominador común: aguantar los primeros 45 minutos para estirarse a partir de la segunda mitad.

En los primeros minutos de partido, el rigor defensivo de Bale hacía presagiar un planteamiento similar, pero fue un espejismo. Se ha visto un Madrid vertical, veloz y con mucha facilidad para romper la medular del Barcelona, especialmente en la primera parte. El Madrid no ha medido sus fuerzas, ni ha pensado en Kiev ni en el denuedo del martes.

Ni el más esperanzado de los madridistas podía imaginarse este desarrollo del partido. Un Madrid con descaro, concentrado y mucho más fuerte que un Barcelona que recurría a los encontronazos y fricciones con asiduidad para equiparar un poco el partido.

Pese a este inicio de partido tan prometedor, y pese a que el Barcelona ha tenido que dilatar los saques de puerta y de banda para mantener el empate, la realidad es que el Madrid no ha podido ganar. No le han dejado.

Y me parece que el partido de hoy debe revisarse como prueba de lo que es la liga española. Los jugadores del Madrid destacan por su paciencia. Están avezados a sufrir decisiones erróneas en su contra, a jugar con hándicap. No arrojan la toalla. Buscan la victoria con tesón y cuando juegan en campos como el Wanda o el Camp Nou, lo bordan, disputan minutos brillantes, pero no suman los puntos preceptivos. Dos empates. Es lo que consta en la clasificación.

Si el Barcelona hubiera sido tan superior sobre el césped, el resultado habría sido concluyente, un 3-0 o similar. En cambio, si el Madrid es superior se suceden las decisiones que nivelan el encuentro. La falta previa de Luis Suárez en el segundo gol y el penalti escamoteado a Marcelo pueden ser dos de las decisiones arbitrales más perversas que se recuerdan. Es muy difícil que pasen desapercibidas ambas.

Al final el Madrid suma varios partidos como el de hoy, varios partidos en los que merece ganar y juega bien o muy bien, pero no se gana. Y esto desalienta, desalienta a cualquiera. Se abre una brecha de puntos que, ante cualquier error, ya se pierde el pulso a la liga.

El partido de ayer puede ejercer de paradigma. El equipo campeón de liga es vapuleado en su estadio por el Madrid pero arranca un empate. No pierde. Se salva. Y esto ocurre prácticamente cada dos por tres.

Esta reflexión no es óbice para hallar errores en la temporada pero, repito, un Barcelona con muchos errores consigue sumar y sacar puntos porque cuenta con aliado, y el Madrid errático se llevar derrotas como la de Cornellá y la de Girona. Y en noches como la de hoy, el Madrid hace casi todo bien, pero tampoco gana.

Habra que felicitar a Zidane y los jugadores y…resignarse.

Texto: @DBenavidesMReal

Foto: MARCA

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