La BBC y los árboles que no arden

28 julio 2017 - 12:13
La BBC y los árboles que no arden

En abril de 2014 tuve la oportunidad de comentar un partido de ensueño, la rotunda e inapelable victoria del Real Madrid ante el Bayern. Un día inolvidable. Especialmente para mí y para los compañeros con los que compartí la vivencia. Uno de esos momentos en los que estarías dispuesto a devolver tu retribución, por tomar parte de un recuerdo tan indeleble.

El Madrid se imponía con un fútbol total que condensaba todos los registros: velocidad, colocación, intensidad, solidez defensiva, dominio de la estrategia y, sobre todo, iniciativa para impedir que el Bayern pudiera situarse en el partido. La actuación fue brillante, histórica, pero además se disfrutaba con un vigor adicional por todo lo que habíamos tenido que soportar en las fechas previas. Como suele ser habitual, aquel partido había sido aderezado con todo tipo “malos presagios” para el madridismo. Rummenigge, ufano, predijo que los árboles iban a arder en Munich.

Guardiola, fiel a su elocuencia y egolatría, afirmó que el Madrid era un equipo de grandes atletas, peligroso al contragolpe y que tendrían que contener esa fortaleza del rival para superar la eliminatoria. En la rueda de prensa posterior al partido de ida se manifestaba con sosiego, ajeno a lo que iba a suceder.

En la prensa española se daba por hecho la debacle blanca. Es cierto que en la anterior ronda Mkhitaryan estuvo a punto de truncar las aspiraciones de los de Ancelotti. Lejos de confiar en el Real Madrid, se describía el partido como la visita de una desvalida pieza animal al matadero.

Desde el inicio Benzema y Bale dejaron muestras de que el Madrid se rebelaba ante todos los supuestos que se habían elucubrado. No existió tanteo. El equipo entró de lleno. Neuer se sentía indefenso. Ramos no faltó a su cita con dos tantos. Cristiano rubricó el tercero después de que Bale asistiera. También el cuarto. Un vendaval. Un partido perfecto. Actuó la BBC de inicio. Sí, se decía de sus tres componentes lo mismo que ahora: “Bale por la derecha no”, “Benzema no es un 9 para el Madrid” o “Cristiano falla en los partidos de entidad”.

Ya en 2014 la BBC recibía el mismo aliento de una gran parte de críticos y analistas. Se pretende hacer creer al madridismo que sin ellos el equipo podría funcionar de una forma más precisa, casi mecánica. Por mucho que lo repitan no dejará de sonar como una rechifla. Basta con ver ese 0-4 para advertir el poderío de esos tres jugadores, que mañana van a saltar al campo a demostrar que los árboles están quedos.

Por mi parte recordaré cómo en la cabina de retransmisión en 2014 nos abrazábamos con cada gol de aquel partido. Anhelábamos que el colegiado postergara el pitido final del partido para que la magia del momento no se extinguiera. No fue así. La eliminatoria se acabó. Ganamos la Copa de Europa. Lo celebramos. Y, sobre todo, comprobamos que no hay que hacer caso a los pálpitos de otros. El Madrid, y la BBC dan la cara. Y así lo harán mañana.

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