Entrevista a Jorge Bustos | «El Madrid es muy grande y muy temible»

Entrevista a Jorge Bustos | «El Madrid es muy grande y muy temible»

Jorge Bustos nació en Madrid en 1982. Se licenció con Premio Nacional en Teoría de la Literatura, pero se decidió por el periodismo y empezó escribiendo en revistas y prensa local. Ha trabajado como redactor o articulista en Época, La Gaceta, Jot Down o Zoom News. Actualmente desempeña el puesto de jefe de Opinión del periódico El Mundo, donde también escribe columnas y crónica parlamentaria y deportiva. Colabora como crítico literario en El Cultural o Leer y es consejero de la Fundéu. Participa como tertuliano de radio y televisión en COPE, Telecinco y LaSexta. La granja humana fue su primer libro. Con El hígado de Prometeo quedó finalista del Premio Internacional de Ensayo Jovellanos. En Crónicas biliares recogió en forma de dietario el estallido de su vocación literaria. Jorge Bustos acaba de publicar Vidas cipotudas cuyas páginas acerca al lector 35 personajes totalmente necesarios para conocer las raíces y el presente de España.

¿En VIDAS CIPOTUDAS el lector se a encontrar con un análisis sociológico de los héroes españoles? ¿Aconsejas su lectura para que podamos conocer mejor nuestra manera de ser?

De los héroes y de los antihéroes. Pero el lector no se encontrará tanto un análisis sociológico como una narración trepidante de aventuras insensatas. No se trata tanto de conocer nuestra manera de ser sino de conocer una manera de ser que seguramente ya hemos perdido, y por eso precisamente asombra, divierte y admira.

¿Es propio del «ser español» realizar un VIAJE A LA ALCARRIA modesto, y ya cuando se adquiere fama y dinero realizarlo en un ROLLS ROYCE ostentoso?

Es propio de un español ciertamente cipotudo, que era Cela, al primero que yo leí ese adjetivo. Era un genio de la propaganda de sí mismo, ciertamente, pero primero fue un prosista genial.

Uno de los grandes articulistas de siempre, Julio Camba, tuvo una adolescencia contestataria. Fue expulsado de Buenos Aires por sus participaciones en revueltas y manifestaciones políticas. ¿Crees que el escritor español abandona sus escritos de incomodidad para abrazar el éxito?

Creo que el escritor español, como el finlandés, abandona la adolescencia para asumir la madurez. Y si puede, abandona la miseria para abrazar un salario. Eso es lo que le pasó a Camba, que empezó de anarca –le duró poco, porque era muy listo- y terminó viviendo en el Palace.

¿Qué personaje del mundo del fútbol te inspiraría para escribir? ¿Te apetecería probar a elaborar una biografía?

Si un jovencito se presenta hoy en una discoteca con el Ulises de Joyce bajo el brazo, la mujer a la que pretende conquistar de semejante modo haría bien en llamar al puerta, y si procede a la Fiscalía. Otra cosa es que uno busque parejas con las que pueda sostener conversaciones no necesariamente ceñidas a la final de OT. En cuanto a escribir un libro de fútbol, hace un tiempo le pedí a un editor escribir uno sobre el Real Madrid. Era la época de Mourinho. Me dijo que no. Tiempo después, digamos que habiendo ganado yo algo más de nombre, ese mismo editor vino a proponerme ese mismo libro. Esta vez le dije yo que no, porque ahora tenía nombre, pero ya no tenía tiempo. Cosas de la vida.

¿Es Benzema lo más próximo al género lírico? ¿Quién no lo aprecia es porque carece de la sensibilidad necesaria?

Yo he sido un gran defensor de Benzema. Cuando se vaya del Madrid será recordado quizá como uno de los talentos más sutiles y deliciosos que hayan vestido esa camiseta. Pero mis adhesiones nunca son incondicionales: creo que Karim está haciendo una mala temporada y debe espabilar. Lo malo es que cuando ya le has hecho la cruz, marca un gol clave o da el pase glorioso y decisivo, como el del año pasado en el derbi.

Preséntanos a Rafa Latorre, compañero tuyo de fatigas periodisticas y un gran madridista:

Estoy muy orgulloso de haber fichado a Rafa como columnista de El Mundo, donde ya se ha labrado una valiosa reputación en tiempo récord por estricto talento propio. Comparto con él tantas cosas, incluidas microsensaciones de madridismo telepático, que a veces me dan ganas de echarlo para darme el gustazo de volverlo a fichar.

¿Cuántas veces te han reprobado por aunar la crítica literaria con la crítica futbolística en tu etapa de RMTV? ¿Cómo te sueles defender de los dogmáticos que consideran improcedente unir el fútbol con las letras?

La gente que te critica por hablar o escribir con alguna exigencia es eso: gente, masa, enjambre, grey. Hay suficientes establecimientos de comida basura en el periodismo como para arrebatar a los paladares educados la escasa exquisitez que aún queda en el mundo.

Ahora que estás muy en el día a día de un medio, ¿consideras que el Real Madrid recibe de los medios de comunicación un trato poco acorde con sus méritos?

El Real Madrid tiene una dimensión tan gigantesca que multiplica proporcionalmente el grado de fiscalización que se aplica sobre él. Nunca será tratado como el Leganés, obviamente. Tampoco lo deseamos. Porque si así fuera, los madridistas seguiríamos a un equipo simpático y pequeño. Pero no: el Madrid es muy grande y muy temible. Por fortuna.

¿Es Florentino Pérez una de las personas más brillantes que conoces? ¿Crees que aúna las virtudes cardinales tan valoradas en la Antigüedad?

Hombre, he conocido gente muy brillante y muy virtuosa, seguramente más brillante y virtuosa que Florentino. Lo que no he conocido es presidentes del Madrid más adecuados para el Madrid que Florentino Pérez, de quien por lo demás lo que más me interesa cuando tengo ocasión de charlar con él son sus análisis políticos y esas historias de la UCD que cuenta con mucha maldad.

¿Introducirías en la Facultad de Filología un parlamento de Florentino Pérez para que los filólogos del futuro concedan relevancia al valor comercial?

Florentino y la Filología no tienen nada que ver, aunque su mano derecha, José Ángel Sánchez es filósofo de carrera. Dejemos a Florentino presidir el Madrid y a los filólogos leer a Platón. Y a los empresarios que imiten a quien quieran, y suerte.

¿Quién te inculcó el madridismo en tu infancia?

Inculcar no es el verbo exacto. Se inculca lo que no se tiene por nacimiento. Yo me recuerdo madridista desde el líquido amniótico, en el vientre de mi madre.

¿Cuál fue tu primera visita al Bernabéu?

Pues esto te va a sorprender, pero lo pisé ya muy mayor, y eso que soy madrileño. Ya había terminado la carrera cuando me invitaron por primera vez al estadio. No soy mucho de ir al estadio, la verdad. Y no porque no pueda. Solo en ocasiones extraordinarias. Pero tengo un problema con las multitudes, aunque sean de mi equipo.

¿A qué jugador del Madrid le profesas más cariño?

A Luka Modric, el hijo de la guerra, como diría mi amigo Azpitarte.

El Barcelona de baloncesto acaba de ceder el banquillo a Alfred Julbe. Ex articulista de El País, defensor de Podemos y, según cuentan antiguos jugadores, capaz de explicar las derrotas en el autobús utilizando textos de Pericles. ¿Debe temer su magisterio los de Pablo Laso?

Si tu enemigo se equivoca, no lo distraigas.

¿Cómo es el ritual de Jorge Bustos para escribir? ¿Y para ver un partido del Real Madrid?

Ojalá hubiera un ritual que mecanizara ese trance. Es menos épico: uno se pone y escribe, y fluyen mejor o peor las palabras. Gracias al móvil he escrito columnas en lugares y a horas insospechadas. O sea que rituales, pocos. Para ver los partidos, sobre todo cuando son importantes, me gusta quedar en algún bar con los amigos de siempre. De los que gritan a la pantalla.

Una promesa por si ganamos la Champions este año…

Prometo que El Mundo lo cubrirá con la relevancia que la gesta consecutiva merece.

También es relevante...