#ApuntesDeLaHistoria | Recordando a Miguel Ángel

#ApuntesDeLaHistoria | Recordando a Miguel Ángel

Ahora resulta difícil ver alguno… Las modas estéticas han cambiado mucho durante todo el tiempo que ha transcurrido desde entonces, pero cuando yo era niño todavía solía ser habitual ver a futbolistas de Primera División luciendo bigote. En los álbumes de cromos aparecían muchos. Incluso en el Real Madrid hubo unos cuantos y siempre suelo reconocer que, por algún motivo, me daban miedo. Especialmente el alemán Uli Stielike y Vicente Del Bosque. Era verles por la televisión y sentir cierto desasosiego… Tenían aspecto de estar siempre cabreados. O eso era lo que yo creía… Curiosamente solían ser jugadores que sobre el terreno de juego se posicionaban del medio campo hacia atrás. Goyo Benito, García Navajas, San José… Lo de Juan José ya entraba directamente en otro apartado. Por algo se le llamaba Sandokán… El bigote les otorgaba un cierto aire de virilidad y contundencia a unos hombres que se movían en parcelas del terreno de juego en las que tenían que desempeñar funciones de contención.

También dos de nuestros porteros lucían bigote. El que jugaba cuando empecé a ver fútbol era Miguel Ángel. Tanto él como Mariano García Remón, otra leyenda, y el joven Agustín eran los encargados de llevar los guantes y defender la portería del Real Madrid. Por aquella época Miguel Ángel era uno de los más veteranos y se encontraba en la recta final de una dilatada trayectoria como cancerbero. No le pude ver mucho en acción, la verdad, pero estaba claro que se trataba de uno de los grandes guardametas de la Historia del Real Madrid y del fútbol español.

Miguel Ángel González Suárez nació en Orense el 24 de diciembre de 1947. Sus primeros pasos en el mundo del deporte no los dio como futbolista sino como jugador de balonmano y de baloncesto. Seguramente de esa forma empezó a fraguar algunas de las cualidades técnicas por las que terminaría destacando en el fútbol. Las manos serían fundamentales para él porque acabó jugando como portero. Y eso que cambió de actividad deportiva relativamente tarde, con 17 años… Empezó en el Atlético Orense, pero un partido amistoso que jugó a modo de prueba con el Celta de Vigo frente al Real Madrid marcaría su futuro. Sus intervenciones debieron ser tan buenas que llamó la atención de los técnicos madridistas y finalmente fue el conjunto blanco el que se hizo con sus servicios.

En la temporada 1967-68 juega en el Castellón, en Segunda División, cedido por el Real Madrid. En la siguiente campaña ya pasa a formar parte de la primera plantilla del equipo blanco como tercer portero por detrás de Betancort y Junquera. Se pasó la temporada 1968-69 sin jugar, pero era joven, quería mejorar y tenía buenos maestros en los que fijarse. Su debut en competición oficial llegó en la temporada 1969-70. Jugó tres partidos de Liga. En la siguiente, 1970-71, el gallego participó un poco más y alcanzó los 10 partidos oficiales: 7 de Liga y 3 de Recopa de Europa. Aquella temporada Miguel Muñoz contaba también con los arqueros José Luis Borja, Junquera y Betancort. En la temporada 1971-72 causó baja Betancort, que regresó a Las Palmas, mientras que Borja terminó en el Español. Al primer equipo se incorporó otro joven guardameta que además se convirtió en el portero titular: Mariano García Remón. La competencia era muy dura durante esos años y a Miguel Ángel le tocó seguir esperando por un periodo de verdadera regularidad con el que poder demostrar sus dotes como portero. En las temporadas 1972-73 y 1973-74 siguió sumando intervenciones sueltas hasta que en mayo de 1974 el entrenador Luis Molowny, que había reemplazado a Miguel Muñoz, le ofreció por fin continuidad. Miguel Ángel, que ya había jugado cuatro partidos con el nuevo míster, intervino en la segunda parte del último partido de Liga frente al Sporting sustituyendo a Junquera y después dispuso de la Copa.

La Copa de la temporada 1973-74 supuso el espaldarazo que necesitaba la carrera de Miguel Ángel. Por aquella época la competición se jugaba una vez terminado el Campeonato Nacional de Liga. El orensano jugó todos los choques como portero titular. Siete partidos incluyendo la gran Final, que se disputó frente al Barcelona, en la que el Real Madrid se alzó con el título goleando a los azulgranas 4-0.

Miguel Ángel fue el portero habitual en los onces del Real Madrid de la temporada 1974-75. Jugó 43 partidos oficiales entre todas las competiciones y se convirtió ya en una de las piezas fundamentales de la plantilla. Era un porterazo. No era muy alto, pero su 1,74 no fue ningún impedimento para consolidarse como un portero extraordinario. Era muy valiente, blocaba muy bien el balón y, sobre todo, destacaba por su agilidad y sus reflejos. Una agilidad y unos reflejos asombrosos. Reaccionaba con celeridad a los disparos de los rivales. Lo hacía de manera instintiva y natural, siempre con el movimiento preciso para evitar el gol de turno. Transmitía muchísima seguridad y se ganó los elogios del público del Bernabéu pese a ocupar una demarcación complicada. En la temporada 1975-76 se adjudicó el Trofeo Zamora al portero menos goleado, un galardón individual que se sumaba al título de Liga que consiguió ese año el Madrid. Miguel Ángel se encontraba en su mejor momento.

A mediados de los setenta a su afianzamiento en la portería del Real Madrid le abrió las puertas de la Selección. Debutó con el combinado nacional el 12 de octubre de 1975 en un España-Dinamarca que finalizó con triunfo de los de Ladislao Kubala por 2-0. Con el equipo español acudió al Mundial de Argentina de 1978 siendo el guardameta titular. Más tarde, en 1982, también formaría parte de la Selección en la cita mundialista de España. No llegó a jugar, fue suplente. Sin embargo, su convocatoria confirmaba que seguía siendo uno de los referentes en su puesto del panorama futbolístico de nuestro país. En total fue 18 veces internacional, cifra que hay que valorar teniendo en cuenta que antes se jugaban muchos menos encuentros de selecciones que en la actualidad y que para el puesto de portero los cambios sólo se suelen efectuar en casos de lesión.

Y el caso es que Miguel Ángel tuvo que hacer frente a lesiones… Algunas realmente importantes, como una rotura de clavícula. Pero la más grave estuvo cerca de cercenar su carrera deportiva de forma prematura. Fue en plena temporada 1978-79. Lo que en un principio parecía una rotura de menisco en su pierna derecha resultó ser una rotura de ligamentos cruzados internos y menisco, lesión muy grave que le hizo pasar por el quirófano y afrontar una durísima recuperación. Tenía 31 años. El ejemplo de su compañero José Antonio Camacho le sirvió para afrontar la situación con entereza y superar la adversidad. Reaparecería en competición oficial más de un año después, en abril de 1980.

Poco a poco fue recuperando su mejor forma. Era uno de los capitanes de la plantilla. A medida que cumplía años añadía experiencia a todas sus virtudes como guardameta. Miguel Ángel se enfrentó a lo más granado del fútbol de la época. Cruyff, Kempes, Quini, Keegan, Maradona… Los grandes astros del fútbol de los setenta y de los ochenta. Para la nueva década se sumó un nuevo portero a la competencia por un puesto en la portería, el canterano Agustín. En la temporada 1983-84 el veterano guardameta gallego recuperó la titularidad y volvió a rendir a un grandísimo nivel. Miguel Ángel tenía 36 años y fue protagonista de la explosión de la Quinta del Buitre. Precisamente el arquero que había jugado en el Castilla con la nueva hornada de canteranos, Ochotorena, subió al primer equipo en la temporada 1984-85, pero los nuevos porteros poco podían hacer frente al excelente rendimiento que seguía ofreciendo Miguel Ángel, que parecía vivir una segunda juventud.

Sin embargo, un nuevo contratiempo en forma de lesión se cruzó en el camino de nuestro protagonista a finales de campaña. El Real Madrid acababa de adjudicarse la Copa de la UEFA 1984-85 y se encontraba inmerso en la lucha por la Copa de la Liga cuando en un partido disputado en El Molinón frente al Sporting sufrió un encontronazo que acabó con rotura de tibia y peroné. Su contrato acaba aquella misma temporada pero se le renovó por un año más. Eso sí, el periodo de recuperación se extendería varios meses. Aquella grave lesión llegaba a una edad complicada…

En su último ejercicio no llegó a jugar. Lo dejó con 38 años. Al término de la temporada 1985-86 el gallego colgó definitivamente los guantes, al igual que su compañero García Remón. Mariano ya entrenaba en las categorías inferiores y Miguel Ángel también siguió ligado al Club desempeñando diferentes cargos. Ha ejercido de delegado, de entrenador de porteros, de director de la Ciudad Deportiva… Sin duda lo que se dice un hombre de Club que lo ha hecho todo en el Real Madrid.

De su trayectoria deportiva, sin embargo, lo que siempre me ha llamado la atención ha sido la naturalidad con la que se alternó en la portería con García Remón. Entre los dos se repartieron minutos, partidos y temporadas bajo los palos de la meta madridista sin inconveniente alguno. Cuando uno jugaba el otro aguardaba su oportunidad sin generarse ningún tipo de problema entre ellos que afectase al equipo. Nunca he encontrado ninguna referencia a posibles controversias entre ambos. Ninguna polémica. La lógica competencia entre ellos se llevó a cabo con deportividad y la mayor normalidad del mundo, como debe de ser. El máximo beneficiado fue el Real Madrid que llegó a contar durante casi dos décadas con dos extraordinarios guardametas. Dos auténticos felinos, ‘El Gato’ y ‘El Gato de Odessa’.

El bigote que lucía y que sigue luciendo Miguel Ángel no tenía ninguna connotación negativa. Detrás había un hombre serio, sí. Serio con su trabajo, como buen profesional. Pero no había ningún hombre cabreado o enfadado, como yo tanto temía cuando era niño por alguna razón cuya procedencia no sé muy bien explicar… Todo lo contrario. En cualquier reseña biográfica sobre Miguel Ángel González se destaca que se trata de una excelente persona. Y quienes le conocen hablan de un tipo tranquilo, con un trato exquisito, cercano con la gente, amable y muy atento. Miguel Ángel es un hombre que se ganó el respeto y la admiración de los madridistas. En la actualidad es directivo en la Asociación de Veteranos.

Miguel Ángel González Suárez disputó un total de 346 partidos oficiales durante las dieciocho temporadas que vistió la camiseta del Real Madrid. Ganó 8 Ligas, 5 Copas, 2 Copas de la UEFA y 1 Copa de la Liga. Trofeo Zamora de la temporada 1975-76.

Texto: @Rancoma_

Fotos: Realmadrid.com

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