#ApuntesDeLaHistoria | Recordando a Luis de Carlos

#ApuntesDeLaHistoria | Recordando a Luis de Carlos

Recordábamos la semana pasada el cuarenta aniversario de la muerte de Don Santiago Bernabéu, figura clave y trascendental de la Historia del Real Madrid. El hombre con el que el Club se hizo grande y adquirió la dimensión universal de la que sigue gozando hoy en día. Después de casi 35 años al frente de la entidad, ¿cómo sería el Real Madrid sin Santiago Bernabéu?

A Bernabéu le preocupó mucho el asunto del futuro del Club durante la recta final de su vida. Ya con ochenta años instaba a que debía prepararse su sucesión, alguien que tomara las riendas del Club cuando él no estuviese. Los años no perdonaban. Ley de vida. El Real Madrid tendría que seguir adelante una vez que el viejo presidente dejara este mundo…

Todos daban por sentado que el sucesor de Bernabéu sería Raimundo Saporta, su mano derecha y colaborador en el Club durante tantos años. Fue vicepresidente entre 1962 y 1978 y además de llevar a la perfección las riendas de la sección de baloncesto demostró ser un excelente gestor y negociador. Sin embargo, Saporta nunca escondió que sus intenciones no eran las de tomar el relevo de Bernabéu. Su propósito era marcharse una vez que Don Santiago ya no estuviera. Y así lo hizo. Suceder a Santiago Bernabéu, por tanto, resultaría una tarea descomunal para cualquiera que se presentara para el cargo. Y el titánico encargo recayó sobre los hombros de Luis de Carlos.

Luis de Carlos Ortiz nació en la ciudad de Madrid el 25 de enero de 1907. Hijo de un juez, estudio la carrera de Derecho, aunque no llegó a ejercer. Su vida laboral se encaminó al mundo del automóvil y llegó a ser representante de empresas como General Motors y Austin. Además de los coches el fútbol fue otra de sus pasiones y en el año 1942 se hizo socio del Real Madrid. Entre 1953 y 1957 formó parte de la Comisión de Disciplina Social. Llegó a ser directivo del Club en 1957. Entre mayo de 1961 y septiembre de 1962 fue miembro de la Comisión Delegada de la Ciudad Deportiva. En febrero de 1967 se le designó vocal de la junta directiva y desempeñó otros cargos en la cúpula directiva de la entidad madridista. Pero, sin duda, se le reconoció principalmente como tesorero del Club, cargo que desempeñó desde octubre de 1962 hasta el año 1978. En julio de 1978 presentó su dimisión para poder presentar su candidatura a la presidencia del Real Madrid, cargo por el que pasaría a ser recordado…

El 2 de junio de 1978 falleció Bernabéu. Raimundo Saporta se hizo cargo de la presidencia de forma interina. Tenía muy claro, pese a los ruegos que recibió, que no presentaría candidatura a la presidencia. Se trató de buscar un consenso para presentar una candidatura única y evitar así unas elecciones. Pero Saporta no estaría en ella.

Luis de Carlos fue el primero en presentar su candidatura de manera oficial. Muchos de los ayudantes más próximos a Bernabéu fueron saliendo del Club después de su muerte por razones de edad, por afrontar otros proyectos o simplemente por dejar paso a nuevos gestores. El Real Madrid tuvo que afrontar un periodo que no iba a resultar nada fácil. De Carlos trató de rodearse de los mejores colaboradores, algo imprescindible para poder dirigir el Club con acierto, tal y como había aprendido después de tantos años cerca de Bernabéu.

No hubo elecciones. Finalmente fue el único candidato que obtuvo las firmas necesarias y el 3 de septiembre de 1978 se llevó a cabo la Junta General del Real Madrid que escenificaría la toma de posesión de la nueva directiva que presidía Luis de Carlos. “Esta junta directiva que hoy toma posesión y que no podrá contar con el consejo de Santiago Bernabéu, quiere hacer constar que, de sus aptitudes y de sus enseñanzas, sabrá, servirse en el futuro inmediato para tratar de conseguir que el Real Madrid mantenga en España y en el mundo entero el prestigio que él supo darle”, explicó el nuevo presidente ante los compromisarios. “Recogemos una Historia brillante que siempre será difícil de igualar”, añadía con acierto el nuevo máximo mandatario de nuestra particular Casa Blanca. Fue el decimosegundo presidente del Real Madrid.

En lo estrictamente deportivo el Madrid siguió por la senda del triunfo por la que transcurrió con Santiago Bernabéu. Luis de Carlos, que mantuvo en el puesto de entrenador a Luis Molowny, heredó un equipo Campeón de Liga (1977-78) y en su primera campaña como presidente (1978-79) el equipo revalidó el título. De cara al siguiente ejercicio se contrató a un nuevo entrenador, Vujadin Boskov, y se consiguió el doblete de Liga y Copa del Rey. Fue la temporada de la histórica Final en la que se enfrentaron el Real Madrid y el Castilla. El Club también afrontó una remodelación del Estadio de cara al Mundial que se celebraría en España en el año 1982.

Precisamente aquel año 1982 se convocaron elecciones en las que De Carlos tuvo que enfrentarse a Ramón Mendoza, que había sido directivo durante un breve periodo de tiempo en las postrimerías del mandato de Santiago Bernabéu y que incluso había formado parte de su primera junta en calidad de vicepresidente segundo. Luis de Carlos no tenía muy claro lo de presentarse a la reelección… Siempre manifestó que había dado el paso en 1978 porque nadie quería presentarse tras la muerte de Bernabéu. Además, con la llegada de la década de los ochenta vinieron tiempos más duros. Fueron años en los que el fútbol vasco dominó en el Campeonato Nacional de Liga. Con resultados deportivos adversos las críticas fueron constantes. Además había problemas económicos. De Carlos nunca se sintió a gusto con la deuda que tenía contraída el Club y siempre se preocupó de buscar nuevas alternativas para generar ingresos y reducir gastos, algo que, por otra parte, podía afectar a la competitividad de las diferentes secciones deportivas. Tampoco se sentía cómodo a la hora de afrontar encontronazos o rifirrafes como los que tuvo hacer frente con los presidentes del Barcelona, José Luis Núñez, y Atlético de Madrid, Alfonso Cabeza. Las polémicas no encajaban con la personalidad de Luis de Carlos que, pese a mostrar firmeza y hacer frente a las ofensas contra el Club, llegó a ser criticado por ser demasiado blando.

Las elecciones tuvieron lugar el 10 de octubre de 1982 y concurrían Ramón Mendoza y Luis de Carlos. Un tercer candidato, José María Diéguez, retiró su candidatura pocos días antes de los comicios y mostró su apoyo a Mendoza. Algunos dieron por sentado que habría cambio en la presidencia del Club. Pero no. El ganador en las urnas fue Luis de Carlos, que inició así un nuevo mandato que se extendería, en teoría, hasta el año 1986.

Durante su segundo mandato, no obstante, pesaron demasiado los resultados deportivos. Los primeros años ochenta no fueron prolíficos en cuanto a títulos. El Real Madrid de los García había jugado la Final de la Copa de Europa en 1981 pero se cayó frente al Liverpool y sólo en la Copa del Rey de la temporada 1981-82 se había conseguido llegar a lo más alto. Algunos fichajes no terminaron de cuajar durante aquella época. De Carlos recuperó para la causa madridista a Don Alfredo Di Stéfano como nuevo entrenador del equipo para la temporada 1982-83, campaña de infausto recuerdo puesto que se llegaron a perder los cinco títulos que se disputaron siendo el equipo blanco subcampeón en todos ellos, algo increíble. Tampoco se ganó nada en la siguiente temporada 1983-84. Di Stéfano dejó el banquillo y llegó otra leyenda del Club, Amancio Amaro, que había hecho Campeón de Liga en Segunda División al Castilla de la Quinta del Buitre. Sin embargo, la marcha del equipo en la Liga 1984-85 tampoco fue la esperada generándose una crisis deportiva que terminaría haciendo mella.

En febrero de 1985 el presidente madridista anunció el adelanto de las elecciones. Se celebrarían un año antes de lo que tocaba. De Carlos no se presentó a la reelección. Y no llegó a haber votación. Ante la retirada del resto de adversarios Ramón Mendoza accedió a la presidencia del Club. El 24 de mayo de 1985 Mendoza tomó posesión de su cargo y finalizó así, de manera oficial, la presidencia de Luis de Carlos. El dirigente saliente se pudo marchar con la satisfacción, eso sí, de ver al equipo levantar la Copa de la UEFA. El Madrid conseguía así un título europeo con el que se superaba los reveses de las finales perdidas en 1981 con la Copa de Europa y 1983 con la Recopa de Europa. Mendoza recibiría a modo de herencia un equipo con una muy prometedora generación de jóvenes que terminaría de apuntalar con tres fichajes de renombre. Pero eso es otra historia…

En total fueron siete temporadas las que pasó Luis de Carlos al frente del Real Madrid. Durante ese periodo de tiempo el conjunto blanco se adjudicó 2 Ligas, 2 Copas, y una Copa de la UEFA. En su última campaña, 1984-85, el equipo de fútbol también ganó la Copa de la Liga, pero en aquellos momentos ya ejercía como presidente Ramón Mendoza. La sección de baloncesto también siguió dando alegrías bajo su mandato: 5 Ligas, 1 Copa, 1 Supercopa de España, 1 Copa de Europa, 1 Copa Intercontinental, 1 Supercopa de Europa y 1 Recopa de Europa.

Una vez dejó la presidencia se apartó de los focos. Salvo algunas entrevistas puntuales se dedicó a disfrutar del Real Madrid como aficionado durante sus últimos años de vida. Falleció en Madrid el 27 de mayo de 1994 debido a una dolencia pulmonar. Tenía 87 años.

Todas las biografías y reseñas sobre la vida de Don Luis de Carlos hablan de su “señorío”, palabra que se ha acabado corrompiendo y que con el paso de los años se ha terminado utilizando de manera torticera para hacer daño a los madridistas. Sin embargo, en el caso de Luis de Carlos, la palabra se ajusta a su figura como un guante. Sí. Don Luis de Carlos era un “señor”. Era un hombre de modales y con muchísimas virtudes. Un mandatario sereno y reflexivo. Un dirigente digno de elogio en un mundo como el del fútbol. Le tocó presidir el Real Madrid en un momento complicado. Muy complicado. Fue el encargado de continuar con la gran labor de Santiago Bernabéu, nada más y nada menos. De Carlos, cuyas primeras palabras como presidente madridista fueron para evocar la figura de su antecesor en el cargo, sabía que el listón estaba demasiado alto y que nadie podría igualar a Don Santiago. “No hay en mi opinión en el momento presente nadie capaz de hacer sus funciones con idéntica claridad de ideas, con idéntico conocimiento de causa, con idéntica sabiduría y, en definitiva, con idéntica personalidad”, señaló en 1978.

Lo intentó, en cualquier caso. Lo intentó y lo hizo lo mejor que pudo. Con sus aciertos y con sus errores. Cuántas veces, sentado en la soledad de su despacho, se acordaría de Bernabéu… Sobre todo en los momentos difíciles y complicados, que los hubo y muchos en lo deportivo, en lo económico y en lo social. ¿Qué hubiera hecho Don Santiago? ¿Cómo hubiera manejado tal o cual asunto? ¿Qué decisión hubiera tomado? Le daría muchas vueltas a las cosas, siempre tratando de encontrar la mejor solución en favor del Club. Y el Club siguió. La sociedad encontró la forma de salir adelante en aquella España en la que el Real Madrid también tuvo que afrontar su particular Transición para seguir siendo todo un referente en el mundo del fútbol y del deporte. Los títulos siguieron llegando y los aficionados hemos seguido disfrutando con toda la pasión que genera el Real Madrid. Don Luis de Carlos cumplió con su difícil cometido y merece que el madridismo le recuerde con agradecimiento.

Texto: @Rancoma_

Fotos: Boletín oficial del Real Madrid

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